El Universal
2016-02-11
Monterrey— En lo que es considerada la mayor tragedia carcelaria en el país, 49 internos murieron y 12 más resultaron lesionados durante la disputa por el control del penal Topo Chico entre dos grupos comandados por líderes del grupo criminal “Los Zetas”.
Cerca de las 23:30 horas del miércoles inició la batalla campal, en la que —de acuerdo con el gobierno de Nuevo León— los internos utilizaron palos, bates, botellas y todo tipo de material que les sirvió como proyectiles para agredir a los rivales.
Un custodio, que se encontraba en el área femenil, disparó una arma de fuego, así lo confirmó el gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, ya que uno de los cadáveres presentaba una herida de bala.
Los familiares de los reos fueron llegando al lugar al enterarse por medio de las redes sociales de la riña que desató un motín, el cual duró al menos 40 minutos y en el que un grupo prendió fuego en la zona de alimentos; cinco de los reos fueron calcinados.
Aunque el gobierno estatal aseguró que a las 01:30 horas de ayer jueves se tenía la situación bajo control, hasta las 09:15 horas se realizó una conferencia, encabezada por Rodríguez Calderón, donde se dio un primer reporte de lo ocurrido en el centro penitenciario.
“El Bronco” informó aclaró que los hechos se registraron sólo en los sectores C-2 y C-3, por lo que las mujeres y los niños que habitan en el penal estaban fuera de peligro, tras la versión de que algunas internas se encontraban entre los fallecidos.
Además, dijo que la riña inició por una disputa entre los grupos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, apodado “El Credo”, y Juan Pedro Saldívar Farías, “El Z-27”, del Cártel del Golfo y “Los Zetas”, respectivamente.
Sin embargo, por la tarde, en entrevista radiofónica, Renato Sales Heredia, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), corrigió la información. Señaló que la disputa se desató entre dos líderes de “Los Zetas”; uno ingresó a Topo Chico en noviembre pasado y el otro ya tenía varios años en el penal.
El penal de Topo Chico, el más antiguo en la entidad —fue inaugurado el 3 de octubre de 1943— ha sido uno de los más señalados por organizaciones no gubernamentales y organismos de derechos humanos debido a su sobrepoblación, falta de condiciones de seguridad y autogobierno.
Familiares abren puerta
Después de la medianoche, empezaron a llegar familiares, quienes exigieron con gritos información sobre los internos.
Poco después de las 9 de la mañana, los inconformes lograron forzar la puerta de acceso al reclusorio, lo que tomó por sorpresa a los elementos de Fuerza Civil que estaban en el interior y quienes a empujones y con los escudos protectores lograron replegar a los quejosos, y volvieron a cerrar la reja.
Por respuesta, recibieron una lluvia de piedras, palos, botellas y otros proyectiles de quienes querían ingresar.
Los agresores se quejaban de que nadie los atendía para saber si sus familiares estaban entre los muertos, los heridos o se encontraban bien.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos atrajo el caso por los hechos y el ómbudsman, Luis Raúl González Pérez, demandó la implementación de medidas cautelares para que se brinde atención médica a los heridos, se dé apoyo a los deudos, así como atención médica y psicológica.
Informó que envió a visitadores adjuntos y peritos, encabezados por la Tercera Visitadora General, Ruth Villanueva Castilleja, para obtener información sobre lo acontecido, conocer el estado de salud de los heridos y sus testimonios, recabar documentos oficiales y allegarse de indicios de prueba que permitan establecer la verdad.
El presidente Enrique Peña Nieto envió un mensaje con sus condolencias a los familiares de los fallecidos en la riña. A través de su cuenta de Twitter, deseó una pronta recuperación de quienes resultaron heridos y dijo que giró instrucciones a la Secretaría de Gobernación para apoyar al gobierno de Nuevo León, a través de la Comisión Nacional de Seguridad.