Nacional

Nos iban a matar ahí los federales: sobreviviente de Apatzingán

El Universal

2015-01-09

Apatzingán, Mich.– “Nos iban a matar ahí los federales, nos decían que nos iban a matar; lo que pasó fue que salió la gente de ahí y les gritaban los federales que se metieran a sus casas, entonces la gente lo que hizo fue grabar, estaban grabando de arriba de las azoteas y por eso ya no nos hicieron nada”, relata uno de los sobrevivientes de los hechos registrados en Apatzingán el pasado martes 6 de enero.
Es uno de los tres heridos que viajaba en la camioneta blanca que —según el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo— emparejó al convoy de federales y los agredió.
“Yo iba en la camioneta blanca; queríamos alcanzar a los federales para que se pararan, no queríamos agredirlos, no llevábamos armas ni nada (…) les gritábamos que sólo íbamos a dialogar, que se pararan, que queríamos platicar con ellos, que nos entregaran a los que se habían llevado, no traíamos armas, nada, éramos pura gente civil”, señala desde una cama de hospital, donde una enfermera hace curaciones en uno de sus pies y el hombro izquierdo.
Habla despacio, no quiere dar su nombre, aún tiene miedo de lo que pasó, pero su versión contradice en todo a la que dio a conocer Castillo.
“Un amigo me invitó a que fuéramos a una manifestación porque los federales llegaron al Palacio (de Gobierno), los agredieron, les tiraron balazos y ellos, los del palacio, no traían armas (...) cuando íbamos de (la glorieta) La Mano rumbo a la carretera vieja que sube a Acahuato, los federales se pararon, se parapetaron y nos dispararon”, dice al recordar esa mañana en que otra bala le rozó la cabeza.
Asegura que él sólo escuchó disparos del lado de los federales, que nadie de las personas con las que iba accionó alguna arma.
En otro cuarto del mismo hospital, otro de los sobrevivientes se decide a hablar: “Íbamos a dialogar con ellos para que nos dieran a los detenidos; llegamos en la camioneta y nos comenzaron a disparar (…) Lo que hicimos fue bajarnos y cubrirnos (...) traíamos sólo palos, pero ni un arma, nos metimos abajo de la camioneta: ‘no disparen por favor, no disparen’, les dijimos”.
También viajaba en la camioneta blanca que —según el comisionado ocasionó todo—, y cuando se le pregunta por qué rebasaron a sus compañeros y alcanzaron a los federales, responde: “pensamos que se iban a ir y por eso le dimos más para adelante; queríamos que soltaran a los detenidos”.
A él lo hirieron en las piernas y sostiene que los que iban en la caravana era pura gente del pueblo, hombres, mujeres y niños.
Su versión de los hechos echa por tierra la hipótesis del fuego cruzado que esbozó le comisionado Castillo.
—¿Oíste que alguien de los que iba contigo disparara?
–Nadie. No traíamos armas.
–¿Ni desde la otra camioneta?
–“No’más” de acá se oían.
–¿Del lado de los federales?
–Sí.
Erika Rivera Moreno asegura que la mañana del 6 de enero iba con sus hijos en una de las camionetas que perseguían a los federales; es familiar de dos de los 44 detenidos que fueron enviados el miércoles al penal El Rincón, en Nayarit, y corrobora la versión de los heridos.
“Nadie los agredió a ellos (los federales), los agredidos somos el pueblo de Apatzingán; si el señor presidente (Enrique Peña Nieto) manda gobierno, que mande gobierno capacitado para protegernos, no para matarnos”, expresa.
Cuando se le pregunta sobre las declaraciones hechas por el comisionado, asegura que si iban rápido detrás de los federales es porque temían que desaparecieran a sus familiares.
“Empezamos a reunirnos en las colonias después de lo que pasó en la madrugada, veníamos al palacio para hablar con los federales y cuando íbamos llegando aquí, ellos se iban (…) Queríamos que nos dieran información de los presos. Teníamos miedo de que estuviera pasando lo que en Guerrero”.
“B” habla de frente, pero no quiere fotos ni que se le llame por su nombre, dice ser autodefensa y testigo de una ejecución extrajudicial que durante el desalojo de la alcaldía la madrugada del martes 6 de enero.
“Si el Ejército no hubiera estado, los federales nos arrasan (…) vi como a uno que se había entregado estando de rodillas le disparan en la cara, fue frente a telégrafos”, dice previo a una reunión entre familiares de los detenidos.
Relata que él estaba en una de las esquinas de la alcaldía cuando llegaron los federales y sin mediar palabra comenzaron a disparar y, de no ser porque en una de las camionetas estaban las llaves pegadas, no hubiera logrado escapar junto con otros compañeros.
Exigió que se muestren los videos de las cámaras de seguridad que se encuentran en la catedral en contra esquina de la alcaldía de Apatzingán.
Tres cosas son las que exige: justicia, seguridad y que se les permita constituirse en una asociación civil para brindar seguridad al municipio.
“Lo estamos pidiendo de acuerdo al artículo noveno de la Constitución”.

X