Abril Salgado/
El Diario
Ciudad Juárez- El fervor y la devoción por el Día de la Virgen de Guadalupe se hizo presente ayer entre miles de juarenses católicos que acudieron a la Catedral para escuchar las celebraciones eucarísticas y dejar alguna ofrenda a los pies de la Morenita.
Entre flores, música y matachines, el inicio de la festividad fue a medianoche con la tradicional misa de gallo que ofició el obispo José Guadalupe Torres Campos ante cientos de ciudadanos que se dieron cita por la madrugada y saturaron el templo.
Las mañanitas a la Guadalupana resonaron a las 12:30 de la madrugada, mientras que arreglos florales y veladoras tapizaban el piso a fin de celebrar el 12 de diciembre.
Decenas de personas acudieron al festejo con imágenes de la Virgen, niños caracterizados de Juan Diego y Santa María también se hicieron ver entre los presentes que cantaron con devoción.
Como parte de un operativo de seguridad por la fecha, elementos de la Dirección General de Tránsito aseguraron el sector con unidades viales alrededor de la Plaza de Armas, en tanto que oficiales de Seguridad Pública también realizaron labores de vigilancia.
Ni la lluvia detiene a creyentes
Durante todo el día se oficiaron misas desde las 8:00 de la mañana, horario en el que los tambores, naguillas y sonajas de matachines ya daban sonido al ambiente de festejo.
Rosas y artículos religiosos también fueron ofertados desde temprano para todos los feligreses que se formaron a las afueras del templo después de que iniciaban las celebraciones eucarísticas.
La primera misa de esta jornada fue oficiada por el sacerdote Eduardo Hayen, con la afluencia de una gran cantidad de danzantes y fieles católicos.
Afuera de la iglesia los matachines de distintas parroquias hicieron sus danzas e ingresaron al templo de manera ordenada luego recorrer la Plaza de Armas.
La actividad comercial también inició a temprana hora, algunos puestos de tamales, champurrado, enchiladas y otros platillos típicos ya deleitaban a los juarenses que madrugaron para visitar a la Virgen.
Desde el lunes los preparativos de la kermés no se hicieron esperar, 300 puestos solicitaron un lugar por las inmediaciones de Catedral para comercializar comida, flores, antojitos y ciertos artículos religiosos hasta la noche de ayer.
Para el martes esta actividad arreció a igual que las visitas a la Morenita del Tepeyac, pues organizadores de la parroquia comenzaron a colocar los cientos de arreglos florales en repisas laterales para hacer espacio a los que llegaban en el transcurso de las horas.
Por las calles de la ciudad, escaramuzas villistas de la Virgen de Guadalupe realizaron una peregrinación a caballo desde la iglesia San Judas Tadeo sobre el Paseo Triunfo de la República hasta la Catedral.
A pesar de algunos cambios climatológicos, como la lluvia, que se presenciaron durante el día, matachines y creyentes no dejaron de llegar, por el contrario, las filas para ingresar a la Misa de las Rosas, al mediodía, cubrieron por completo la explanada del templo.
Con cantos para la Guadalupana y Las Mañanitas transcurrió esta celebración que fue oficiada nuevamente por el obispo, quien aprovechó para recordar a los presentes que la Virgen es una señal del amor de Dios, y pidió por la paz del pueblo mexicano.
Al concluir fueron bendecidas miles de rosas de castilla, que los mismos fieles entregaron a Santa María. Torres Campos explicó que esta tradición inició en la Basílica de Guadalupe, a fin de recordar cada año el milagro que hizo al quedarse entre nosotros a través de la tilma de Juan Diego.
Integrantes del grupo organizador de Catedral, Acción Católica Adolescencia y Niñez (ACAN), comentaron que todas las Misas transcurrieron con un lleno total del templo. (A. Salgado / Con información de A. Vargas, D. Domínguez, D. Cruz y C. Sánchez / El Diario)
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