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Hondureño hace de Juárez su hogar 'Le echo ganas a la vida...'

Verónica Domínguez
El Diario de Juárez

2018-11-27

Ciudad Juárez— Mario Alberto Guada, de 38 años, llegó de Honduras desde hace seis años postrado en una silla de ruedas con la que se desplaza diariamente para vender dulces en el puente del Zorro.
Desde la colonia Fidel Ávila, el extranjero avanza al mediodía por la calle Ortiz Rubio, en donde un tramo de la vialidad es arenoso; para lograr girar las ruedas, Mario utiliza toda su fuerza, la misma que ha tenido siempre para sobrevivir en esta ciudad.
Mario sube al bulevar Gómez Morín para llegar a almorzar a un local cercano. Para evitar que lo atropellen, como ya ha pasado, colocó una bandera anaranjada en un extremo de la silla.
“Desde que llegué he tratado de salir adelante, porque no me gusta provocarle lástima a las personas”, platicó Mario.
El hondureño no tiene familia aquí en Ciudad Juárez, y en Honduras, pese a que tiene sus padres, fue criado en un albergue para niños.
“Como en cualquier parte del mundo, hay gente mala, pero aquí en Juárez la gente es muy noble, hay mucha gente que me apoya, hay otros que no, como me ven echándole ganas a la vida, esforzándome yo ya tengo muchas amistades”, agregó Mario.
“Ahorita está calmada la venta, o a veces la gente se molesta porque lo ven a uno trabajando, y desgraciadamente, yo creo que hay muchas personas con discapacidad, porque ese es el problema para nosotros, es una gran desventaja, el hecho de que nos discriminan”, comentó Mario.
“Yo arreglé mi estadía en el país de manera temporal, y quiero arreglar de manera permanente pero no he podido volver a renovarlo... esa es una situación complicada”, narra.
Mario quiere trabajar en alguna empresa pero sus documentos son para residencia temporal por cuatro años y no son válidos para laborar.
Por su condición no pudo acudir para realizar el trámite ante el Instituto Nacional de Migración (INM) y nacionalizarse mexicano; el mes de enero se presentará a una cita, pero está buscando quién lo lleve a las oficinas.
A Mario lo han atropellado cuatro veces, las más críticas fueron dos, y él no cuenta con Seguro Social ni Popular, así que la falta de documentos no le permite tener acceso a servicio médico.
El entrevistado dijo sentirse discriminado de varias maneras, una por ser extranjero, otra por tener discapacidad.
Las calles no están adaptadas para las personas con capacidades diferentes, lo ideal es que el Gobierno empiece a trabajar con los ciudadanos, “y si no empieza por atender a las personas con capacidades distintas de su casa, qué esperamos los extranjeros”, manifestó.
Él está acostumbrado a trabajar, porque no le gusta robar; ese es el motivo que les da a los agentes de Tránsito cuando le han prohibido vender dulces en el crucero.
Aunque ha pasado por adversidades, él quiere apoyar en alguna organización y está en la mejor disposición de ayudar en caso de que lleguen hondureños a esta ciudad.
Mario dijo que llegó en condiciones físicas distintas a las de otros migrantes de su país, y aunque el éxodo de extranjeros se debe a la violencia y la pobreza, para él fue más difícil permanecer en Honduras, en donde la corrupción no permite el apoyo a personas con capacidades diferentes.
“Yo no pagué ‘coyote’ para llegar a aquí, gracias a Dios encontré a mucha gente que venía haciendo ‘cooperacha’; viajé en primera clase porque me regalaron el pasaje. El cariño y el afecto de Ciudad Juárez me ha sentado muy bien aquí”, expresó Mario.

vdominguez@diario.redacion.com.mx
 

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