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Aquejan enfermedades a extranjeros

Pável Juárez
El Diario

2018-11-08

Ciudad Juárez- Hasta ocho días esperan migrantes formados en el puente internacional Paso del Norte para cruzar y solicitar asilo político en los Estados Unidos.
Desde el 27 de octubre, cuando los primeros grupos de extranjeros llegaron al puente, las actividades más elementales como dormir, comer o bañarse se han convertido en toda una “faena”, refieren los migrantes que se han mantenido en el lugar.
Luis Cortés, originario de Guatemala, se encuentra dentro de los primeros lugares en la fila y, junto con su pareja, ha permanecido en el puente por una semana completa.
El guatemalteco comentó que permanecer en la fila y no perder su lugar ha causado algunos problemas de salud entre los migrantes y la falta de higiene personal ha derivado en casos de dolor de estomago recurrentes, además de estrés y cansancio.
“Aquí estamos todo el día y toda la noche sin movernos, con una colchoneta para dormir y dos cobijas; hemos tenido dolores de estomago, en las piernas y de cabeza a cada rato y pues ni bañarnos como dios manda podemos”, relató.
El punto de apoyo al migrante de la Cruz Roja instalado en el lugar, reporta alrededor de dos atenciones médicas menores diarias. Desde dolores de cabeza y estomacales hasta medicaciones por gripe han atendido paramédicos de la organización.
Nena Torres, también de Guatemala y que ha estado por cinco días en el puente relató la forma en que se baña todas las mañanas.
“Primero, cuando amanece y empieza a dar ‘calorcito’ bajo a los baños a la entrada del puente. Me llevo un pedazo de una blusa que cortamos aquí y nos repartimos entre los que estamos en la fila, la mojamos y la pasamos por el cuerpo. De jabón, ni hablamos. Esa es la única manera de bañarnos aquí”, dijo.
Autoridades del Fideicomiso de Puentes Fronterizos aseguraron que los baños cuentan con personal de limpieza permanente, salvo durante las noches.
Personal de la Cruz Roja realiza el conteo diario de los migrantes para repartir comida y agua. (Pavel Juárez)
jugos y comida entre los migrantes. A las 2 de la tarde se repite el proceso y las 8 de la noche se realiza el último reporte y la última dotación de alimentos.
“Después de asearnos, comemos y ya. Aquí pasamos todo el día contando los carros o a la gente que pasa y así al día siguiente y al siguiente”, dijo Sosa.
“Yo tengo un dolor de espalda que no se me quita con nada desde que llegué. Aquí todos estamos agotados, con dolores diferentes, pero es más fuerte el deseo de pasar. Ya del otro lado veremos”, refirió Luis Cortés, que espera pueda ingresar a los Estados Unidos por la noche del viernes, según sus cuentas. (Pavel Juárez)

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