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Soportan frío y hambre 36 niños migrantes

Alejandro Vargas
El Diario de Juárez

2018-11-04

Ciudad Juárez— "Yo quiero ayudar a mi mamá”, dice con una paleta entre sus manos Yeyden, de 4 años, mientras su madre Dora lo sostiene entre sus brazos sentada sobre algunas cobijas en el pasillo del puente internacional Paso del Norte.
Ambos, procedentes de Huehuetenango, Guatemala, han pernoctado dos noches a la intemperie a la espera de una oportunidad de solicitar asilo político en Estados Unidos.
Yeyden es uno de 36 menores de edad que, según cifras de la Cruz Roja, siguen apostados en el cruce internacional soportando frío y hambre, en compañía de sus padres.
Dora narra que ella y su hijo llegaron a esta ciudad huyendo de las amenazas que recibieron en su país.
Dice que la determinación de abandonar su lugar de origen y emprender un viaje de 14 días hasta esta frontera fue para proteger a su niño.
“Hasta ahora estoy muy agradecida con Dios porque él me ha ayudado para estar aquí. Yo sólo le dije a Yeyden, ‘mijo, vamos a ir a hacer un viaje largo’. A veces él decía, porque nosotros no tenemos casa en Guatemala, ‘mamá, cuándo regresamos a casa’; yo sólo le decía ‘ten paciencia, es un viaje largo’. Él es muy comprensivo y tranquilo”, relata.
Cuenta que en Guatemala el invierno es cálido y que en esta ciudad las noches son muy frías, por lo que para calentar a su hijo lo abraza. “Una madre hace todo lo posible para que sus hijos estén bien. No importa que una pase por frío, preferimos taparlos a ellos que a nosotros. La primera noche fue la más difícil porque no teníamos cobijas”.
Recorridos realizados por El Diario han constatado que sólo algunos niños tienen juguetes que les hagan más ligera la situación por la que atraviesan. A un costado de sus “camas” hay colmillos de vampiro que les fueron regalados en Halloween. Los que no los poseen corren y juegan entre los pasillos con otros infantes, lo que ha causado molestias entre las personas que buscan cruzar al vecino país.
La escena de custodios del puente regañando a los padres de familia migrantes para exigirles poner orden a sus hijos es constante.
El alboroto provocado por los niños, aunado al prolongado tiempo que los migrantes han estado en posiciones incómodas, sin condiciones higiénicas básicas y expuestos a las inclemencias climáticas, ha provocado que algunos reaccionen de manera agresiva a la menor provocación.
Luego de la entrevista, Dora tuvo un altercado con su “vecino” Ramón Camarillo, un migrante procedente de Zacatecas.
Personas que atestiguaron el hecho dijeron que el mexicano intentó quitar a la fuerza la colchoneta sobre la que Dora y Yeyden estaban y al jalarla con fuerza el pequeño se golpeó en el suelo.
El hecho movilizó a una custodio del puente, quien por intentar detener al hombre fue empujada por él. Personal del Grupo Beta se acercó para tranquilizar al zacatecano, quien gritaba “dice que yo le pegué a una persona, pero no es cierto”.
Ambos fueron llevados a las oficinas del Fideicomiso de Puentes Fronterizos, donde se esperó a la Policía Federal. Finalmente, trascendió que el caso se fue hasta barandilla.

Familias se retiran
Martha Calvillo, trabajadora de la Casa del Migrante, informó que a dicho albergue llegaron personas procedentes de Guatemala encaminadas por el Grupo Beta, que se dijeron cansadas de las condiciones que viven en el puente Paso del Norte.
“Se quieren ir a entregar. Yo creo nada más comen, se bañan y se van. Son tres familias: una mamá con tres niños; un papá con una niña y un papá con un niño. Vienen tristes y todo, y las mamás no hayan ni qué hacer”, dijo.
Al respecto, Adolfo Castro, primer visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, comentó: “Los niños al último son los más afectados, son el futuro de esos países y ya no van a ser de ese país, ya se van a quedar aquí o con muy pocas posibilidades de irse a Estados Unidos. Los países de donde salieron son los que tienen más culpa”.

avargas@redaccion.diario.com.mx

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