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Se alista EU para frenar el éxodo

Itzel Ramírez
El Diario de Juárez

2018-10-29

Ciudad Júarez— El aumento de centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos a través de Ciudad Juárez –tanto a través de peticiones de asilo como con cruces ilegales–, pone a la frontera ante una circunstancia extraordinaria debido a la política migratoria estadounidense y las carencias de la ciudad, consideró el académico Rodolfo Rubio Salas.
Los cierres temporales del puente Santa Fe por agentes estadounidenses de migración son una muestra, apuntó, de la defensa del territorio que el Gobierno norteamericano está dispuesto a hacer.
“Es la idea que tiene Estados Unidos de contar con su propia política migratoria, su propia visión y por lo tanto asumen que eso es lo correcto para defender su territorio. Ponerse a mitad del puente es parte de las estrategias, de dejar claro que eso ya es su territorio”, dijo en entrevista.
Ante la posibilidad de que la mayoría de los centroamericanos que cruzan México en la caravana migrante soliciten asilo, señaló, los cierres parciales que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) Estados Unidos está aplicando en los puentes fronterizos de Juárez reflejan el interés del gobierno norteamericano de prepararse ante un desplazamiento de tal magnitud.
“Hace años que no veíamos esto. Son prácticas en caso de que lleguen grupos de la caravana a la frontera para pedir asilo a través de los puntos de cruce”, aclaró.
Para Juárez, mientras tanto, el reto es cómo atender lo que podría ser el primer incremento considerable de migración desde hace 20 años.
“Hay una situación extraordinaria porque este año se ha visto un ligero incremento del cruce ilegal, todavía es pronto para dar una explicación concreta”, mencionó.
Dijo que en caso de que Juárez sea un punto donde sea más fácil cruzar hacia Estados Unidos, ya sea por petición de asilo o por cruce ilegal, la información será socializada de manera que podrían aumentar los flujos en esta frontera.
“Casi a principios de este siglo bajó de manera dramática el número de migrantes por Juárez, y la razón fue que el riesgo de que los atraparan por aquí era mucho más alto que en otros puntos. Que vengan más por aquí ahora depende de la información que tenga cada migrante, de lo que les dice su coyote o pollero, pero si en efecto sí empieza a haber éxito se corre la voz y vienen más”, afirmó.
Esa circunstancia pondrá de relieve las carencias en infraestructura y atención a los migrantes en la frontera, argumento.
“Es un proceso que se va acentuando y ello pone de relevancia que la ciudad no está preparada y que por ser frontera está obligada a ello. Una condición propia de la frontera es que se vuelve siempre conflictiva en algún momento”, afirmó el académico de El Colegio de Chihuahua.
Además de lo que en términos de políticas públicas pueda ofrecerse a los migrantes –quienes se internan a México con sus propios miedos–, el éxodo de centroamericanos y su paso por el país muestra cómo la sociedad mexicana, en específico fronteriza, se enfrenta a un fenómeno largamente conocido, recalcó el investigador.
“Esta es una ciudad fronteriza y como tal los límites fronterizos tienen sus ventajas y si algunos quieren, sus desventajas. Aquí hemos visto que los flujos migratorios han existido siempre y hemos estado en desacuerdo en cómo se les trata a los mexicanos en Estados Unidos; ahora lo mismo que se dice allá de los mexicanos es el discurso que están repitiendo algunos acá”, indicó.
Por ello, además de brindar ayuda a los migrantes, consideró es necesario reconocer que se trata de viajeros expulsados de su lugar de origen por condiciones de violencia, inseguridad y desigualdad que se vuelven intolerables.
Ese éxodo de personas de Centroamérica, recordó, tiene ya bastantes años, pero que vengan ahora en grupo y organizados muestra la necesidad de hacer frente a los riesgos que supone el viaje a través de México.
“Los migrantes tienen sus propios miedos de venir a México, organizados se supone que bajarían el costo del desplazamiento”, indicó Rubio.
Un modelo de integración que podría experimentar Juárez, mencionó, es el de los migrantes originarios de Haití que, tras fracasar en la búsqueda de asilo en Estados Unidos, optaron por quedarse a vivir en Tijuana.
“Los haitianos, por ejemplo, han insertado en la vida de Mexicali o Tijuana. Es un buen ejemplo que deberíamos seguir”, recordó.

iramirez@redaccion.diario.com.mx

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