Verónica Domínguez
El Diario de Juárez
Son pocas las personas centroamericanas que se quedan a vivir en Ciudad Juárez.
De acuerdo con el conteo de población que aplicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el 2015 se registraron como residentes en Ciudad Juárez 312 centroamericanos; del total, 113 provenientes de El Salvador, 105 de Honduras, 57 de Guatemala y 37 de Nicaragua.
“Puede haber algunos casos en los que personas no quisieron reportarlos por miedo a que los busquen, y no quieran decir de dónde son, o en algunos casos dicen que son de algún estado del sur de la república como Chiapas”, explicó Rodolfo Rubio Salas, profesor investigador del Colegio de Chihuahua.
“Cuando uno analiza con los flujos de los centroamericanos que atraviesan México, normalmente hemos visto que el destino es para llegar a Estados Unidos”, añadió el investigador.
“Para nosotros que monitoreamos el comportamiento de los flujos es muy difícil saber cómo cambian las cantidades, porque llegan de otra manera, no llegan en trasporte normal debido a que pueden ser aprehendidos y reportados a su país de origen”, explicó Rubio Salas.
De acuerdo con el investigador son realmente pocos los migrantes que se quedan aquí, comparados con los que hay en otros puntos tanto fronterizos como en otros estados del centro de la república.
Dijo que cuando empieza a subir el flujo en toda la frontera se ha encontrado que las personas buscan nuevos puntos por donde cruzar. “Los centroamericanos históricamente en los últimos 25 ó 30 años han utilizado el área de Tamaulipas, es la zona natural de cruce, porque van hacia destinos del este de Estados Unidos”.
Agregó que otro factor por el que se iban por la región noreste es debido a que ahí llega el tren “La Bestia”. En los últimos seis años han buscado nuevas rutas como la que siguen entre Sonora y Baja California.
El experto comentó que hasta que se hagan nuevos estudios se puede afirmar que en esa zona grupos del crimen organizado han encontrado en los migrantes ampliar sus actividades, y pueden ser que estén huyendo de donde estén extendidas las condiciones de violencia hacía ellos.
“Es muy difícil saber cuántos terminan quedándose, cuántos se desplazan en la frontera para intentar el cruce, es complicado medirlo”, comentó Rubio Salas.
“Tenemos que ver si estos centroamericanos tienen algún éxito en cruzar, ellos van comunicándose con los que vienen atrás diciéndoles dónde hay mayores probabilidades de cruzar, pero para eso se necesita analizar los procesos”.
Comentó que para los migrantes extranjeros centroamericanos es muy difícil la adaptación al lugar donde arriban porque no tienen documentos, y para realizar alguna actividad económica sólo tienen la alternativa de integrarse al empleo informal.
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