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Exhibe muro de Trump dos realidades

Luz del Carmen Sosa
El Diario de Juárez

2018-09-22

Ciudad Juárez— Entre maquinaria pesada y material de construcción, los agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan el límite entre Juárez y El Paso, justo a la altura del Barrio Chihuahuita.
El arranque de la construcción del llamado “muro de Trump” inicia en las colindancias de esta zona, donde por primera vez se instaló la malla ciclónica en los años setentas.
El anuncio realizado la mañana del viernes por parte de Aaron Hull, jefe de la Patrulla Fronteriza en El Paso, movilizó a organizaciones promigrantes, que ayer por la mañana protestaron por la medida que calificaron como “una falta de respeto a las comunidades de El Paso y Ciudad Juárez”.
De este lado, las obras se sitúan frente a la Presidencia Municipal donde despacha el alcalde Armando Cabada Alvídrez, ausente del cargo por supuestos motivos de salud, quien aún no ha fijado una postura ante el arranque del proyecto que ofertó desde su campaña Donald Trump.
En las riberas de las pestilentes aguas del río Bravo se observan las dos realidades de la frontera. Allá, en El Paso, la malla ciclónica que se instaló para impedir el cruce de indocumentados tiene grandes remiendos, mientras que aquí en las márgenes de cemento que cubren el bordo se observan leyendas como “Ilusiones”, “Fuck Trump” y otras consignas contra el mandatario de aquel país.
Los juarenses parecen acostumbrados al movimiento que se registra por la construcción de una autopista a escasos metros del límite internacional y parecen no interesarse en el avance de la construcción del muro que medirá más de cinco metros de alto y dificultará el paso a aquellos que buscan internarse sin documentos a Estados Unidos.
Aunque algunos juarenses afirman que la nueva obra no detendrá el tráfico de personas.
“Hay muchas maneras de entrar”, dice desafiante un hombre que ocupa parte de su tiempo entre la venta de agua fresca entre automovilistas y el cruce ilegal de ciudadanos, extranjeros principalmente.
El muro abarcará 6.4 kilómetros de frontera e inicia en el Barrio Chihuahuita, debido a que esta zona es usada para el tráfico ilegal de personas. El costo es estimado en los 22 millones de pesos, dio a conocer el jefe de la Patrulla Fronteriza.

No nos van a detener: activistas

Imelda Marín, de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos alzó fuerte la voz al plantear que la protesta llamada “Abrazos No Muros” era un acto humanitario.
“Queremos una reforma migratoria justa e integral para todos y que nos hace mucha falta, eso no los ven ellos, por eso estamos aquí, somos parte de la solución, no el problema”, dijo la mujer que se ha pronunciado por el respeto a la vida y contra la criminalización del migrante indocumentado.
El contingente se detuvo frente al Barrio Chihuahuita donde los activistas se turnaron para pronunciarse contra la medida antimigrante que ordenó el presidente de Estados Unidos, en medio del silencio de las autoridades mexicanas.
“No sólo es el muro. Están separando familias, separando niños que retienen en los Centros de Detención”, gritó Fernando García, quien encabeza la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
Dijo que la administración de Donald Trump es la misma que construye centros de detención infantil y que está preparando más espacios para retener a más migrantes indocumentados.
“El muro es la parte más visible de una agenda asquerosa que no representa a América, representa a los racistas, a aquellos que no nos ven como iguales y se olvidan de los valores centrales como la familia, la felicidad y el derecho a tener una vida digna”, expuso.
Aseguró que la construcción del muro que ayer empezó es una falta de respeto a la comunidad en El Paso.
“No consultaron a nadie, lo hicieron con intención de que Abrazos No Muros no pueda suceder, esa fue la intención clara pero no vamos a parar”, dijo el activista al señalar que el punto de reunión de miles de familias separadas por el río es precisamente donde empieza la construcción del muro.
“Ellos podrán tratar de destruir este lugar pero la idea nunca la van a destruir, si no lo hacemos aquí lo haremos en cualquier lado. Vamos a continuar con Abrazos No Muros”, retó García.
El 13 de octubre será la sexta reunión de familias en el punto fronterizo ahora en punga.
“Aquí vamos a estar dos mil familias de ambos lados. Si la Patrulla Fronteriza tiene dignidad tendrá que cumplir sus compromisos con la comunidad de El Paso”, advirtió el director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
“No a los muros, no a la división, no a la separación de familias”, gritaron los manifestantes en el lado de Estados Unidos, mientras que en México reinaba el silencio.
A poco más de 100 kilómetros de distancia, en los límites entre Guadalupe y Fort Hancok, el tráfico ilegal de personas continúa. Sin muro y con escasa agua en la división natural entre México y Estados Unidos los traficantes de humanos mantienen la ilícita actividad en auge, lo mismo que el trasiego de drogas, denunciaron los residentes de aquella zona fronteriza.

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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