Abril Salgado
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez— Pese a que Ciudad Juárez es una frontera con constante flujo migratorio, para los adultos connacionales deportados terminar aquí no es algo que les genere seguridad, muchas veces ni siquiera para volver a cruzar, indicó Ileana Espinoza, coordinadora del proyecto de asesoría legal, atención psicológica y de salud para personas migrantes.
Atravesar por un proceso de deportación es una experiencia traumática que a muchos les causa problemas tanto de salud física como emocional; los principales y que más se han identificado son estrés, depresión y ansiedad, informó.
La maestra en Ciencias Sociales expuso que entre las inquietudes que los deportados connacionales manifiestan están aspectos legales, tales como la recuperación de sus pertenencias o de sus hijos que se quedaron en Estados Unidos, por lo que son canalizados con la organización Derechos Humanos en Acción (DHIA).
Destacó que el objetivo es “generar un protocolo de atención integral en materia de salud física, mental y reincorporación de migrantes que de alguna manera han vivido alguna situación de violencia por la repatriación”.
Espinoza mencionó que todos los días y horarios de repatriación varían, pero han llegado a solicitar apoyo hasta 80 deportados en una hora, de los cuales la mayor parte proviene de estados como Oaxaca, Michoacán y Guerrero.
“Algunos de los repatriados no son revisados por médicos en Estados Unidos, no traen medicamento y algunos vienen con enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, alta presión, trombosis. A mí me tocó atender un caso de un señor que tenía trombosis y no le dieron medicamento, ninguno de ellos refiere haber tenido atención dental y es muy importante que ellos puedan tener estos servicios”, expuso.
La entrevistada puntualizó que falta mayor calidez para recibir a los repatriados en la ciudad, ya que no se cuenta con muchos señalamientos para que ellos puedan llegar a diferentes lugares y con lo que han escuchado, por lo general buscan localizar familiares para avisar que están bien.
“Tenemos un problema grave en la ciudad y ese tiene que ver con la ausencia de albergues que puedan recibir familias, entonces por eso es que en el Centro de Atención Integral, el papel va a ser fundamental, porque va a permitir tener esos espacios de atención para migrantes”, dijo.
Desde junio y en un pequeño módulo en el Puente Internacional Paso del Norte, en coordinación con tres psicólogos, un sociólogo y ella, se lleva a cabo este proyecto, y se incluye con más personal que trabaja en el polígono A (del norponiente), con 53 colonias de la ciudad para dar apoyo a adultos repatriados.
Espinoza informó que el financiamiento de este proyecto es por el Programa Nacional de la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), y lo coordina el Consejo Estatal de Población (Coespo).
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