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Especial: La pesadilla de un niño perdido, entre el dolor y la esperanza

Joel González
El Diario de Juárez

2018-08-27

(Segunda parte) Pablito recién había salido de preescolar y solo tuvo la oportunidad de asistir 20 días hábiles a la primaria Revolución Mexicana, pues el ciclo escolar inició el 21 de agosto y él se presentó por última vez a clases el viernes 15 de septiembre. Su maestra de primer grado, Rita Huerta Maldonado, lo recuerda claramente.
“Era un niño muy limpio, siempre lo mandaban limpio y aseado”, comentó. “No lo he quitado de mi lista porque todavía no está muerto y estamos seguros de que va a regresar”, dijo en aquel entonces.
La institución educativa suspendió labores el miércoles 8 de noviembre del 2000 para realizar una marcha y presionar a las autoridades a que intensificaran la búsqueda del alumno.
"¿Y Pablito qué?", "Pablito, ¿dónde estas?", decían las leyendas escritas con letras blancas en los vehículos que participaron en el recorrido.

Alumnos de la primaria encabezaron a pie la protesta y con mantas y pancartas salieron de su escuela, ubicada en las calles Rosalío Hernández y Julio Acosta en la colonia Revolución Mexicana."Si Pablito aparece le presto mi bicicleta. Atentamente Betito", rezaba una manta que los alumnos cargaron por las calles del sur de la ciudad.
El director del plantel, Ignacio Hernández Flores, consideró que no había avances significativos en las pesquisas y por eso decidieron realizar la marcha.

Mil dólares de recompensa
Aquella administración municipal a cargo del alcalde Gustavo Elizondo Aguilar, ofreció mil dólares de recompensa a quien proporcionara información sobre el paradero del niño.

Cansados de buscarlo
El en aquel entonces alcalde le prometió a la familia iniciar una serie de acciones para colaborar en la búsqueda, una de las cuales es el ofrecimiento de una recompensa.
"Vamos a ofrecer mil dólares de recompensa a quien proporcione información que pueda conducir a aportar más elementos en la investigación que llevan las autoridades competentes y que se puedan esclarecer los casos", afirmó Elizondo Aguilar.
El padre, Romualdo Gómez Hernández, aseguró haber buscado incesantemente a su hijo menor.
"Nos hemos cansado de buscarlo día y noche, hemos andado por toda la ciudad, pero aún no tenemos ninguna pista de él", comentó.

Vieron negocio en la tragedia
Dos días después de que Pablito desapareció, un hombre identificado como Juan Pascual Martínez comenzó a llamar a los papás del niño por teléfono para darles informes falsos sobre el paradero del menor.
"Dijo que mi hijo tenía manchas en sus manos, y es verdad, también dijo que el niño tenía las pestañas grandes, y eso también es cierto", señaló en aquel tiempo Isabel Piedra, mamá de Pablito.

Pascual enviaba a una mujer de nombre Manuela Flores Flores a recoger el dinero que ésta a su vez le enviaba a Veracruz.
"Después de que él salió del Cereso lo conocí en Catedral, nos seguimos viendo y él fue en varias ocasiones a mi casa”, dijo Manuela Flores Flores.
"Fue entonces cuando me propuso que le contara mentiras a la señora Isabel Piedra. Yo le decía que su niño estaba con vida y que estaba aquí", señaló.
Indicó que la primera vez que la mamá de Pablito le dio dinero a Pascual después de haber salido de la cárcel, él le dio a ella solo 500 pesos.
"Me dio dinero cuatro veces, un total de dos mil pesos, los cuales los utilice para comprar comida y otras cosas", dijo Flores Flores.
"La señora tenía la confianza de que Juan le regresara a su hijo, la última vez nos dio dinero para ir a Monterrey", señaló.
Pero cuando los padres de Pablito se dieron cuenta de que solo les daban larga, presentaron una denuncia ante las autoridades y un juez liberó las órdenes de aprehensión en contra de Pascual y Manuela.
Tras ser detenido, Juan Pascual Martínez aceptó haber recibido 18 mil pesos de la familia del niño Juan Pablo Gómez Piedra.
"Simplemente en ningún momento me quedé con ese dinero, un chavo me ordenaba que yo le contara mentiras a la familia y que le entregara el dinero a él", dijo el presunto extorsionador en entrevista con la prensa.
Pascual Martínez manifestó que en noviembre del 2000 fue detenido por recibir seis mil pesos de Isabel Piedra, la mamá de Pablito, por tal motivo fue detenido y sentenciado a 10 meses de prisión, pero la mujer le retiró cargos y salió libre cuando tenía ocho meses en la cárcel.

Familia volvió a confiar
Pero luego de que Pascual recuperó la libertad tras esos 8 meses de cárcel y darse cuenta de que todavía no aparecía Pablito, volvió a llamar a la madre del niño para darle más información falsa. La mujer otra vez cayó en la mentira y le volvió a dar 12 mil pesos, pues esta vez le prometió que le entregaría a su hijo.
Pascual Martínez, una vez que se dirigió a Monterrey porque supuestamente allá estaba el menor, huyó a Tampico, Tamaulipas y después se refugió en Poza Rica, Veracruz.
Ambos extorsionadores, Pascual y Manuela, fueron arrestados y se les fijó una fianza de 84 mil pesos (en aquel entonces la extorsión no era motivo de prisión vitalicia). Tras varios meses de cárcel recuperaron su libertad.
 

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