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Sólo con activistas los dejan pedir asilo

Luz del Carmen Sosa
El Diario de Juárez

2018-06-21

Enfundada en tenis color rosa, un pantalón de mezclilla y una sudadera azul con la imagen de la princesa Elsa en el pecho, la pequeña “Inés” hacía dibujos en una libreta para entretenerse.
Ya había descrito el color de varios vehículos y jugueteado con la decena de reporteros, la mayoría extranjeros, que la rodeaban en la joroba del puente internacional Paso del Norte.
La menor estaba sentada sobre los dos bolsos que contenían las escasas pertenencias que su abuela alcanzó a juntar antes de abandonar su casa en Michoacán para huir a esta frontera. Ambas mujeres fueron amenazadas de muerte luego de que la madre de “Inés” fue asesinada.
“Yo, Angélica Ruiz Esquivel y mi nieta somos de Michoacán y huimos de nuestro país por la violencia que le quitó la vida a mi hija”, escribió la abuela en una hoja blanca que mostraba a los reporteros.
Junto a la niña estaban otros cuatro menores a los que conoció ayer mismo por mañana. Sus nuevos amigos perdieron a su padre en Zacatecas, donde fue asesinado recientemente. La madre tomó a sus cuatro hijos y lo dejó todo para huir a Juárez al sufrir amenazas del crimen organizado.
Los cinco niños y las dos mujeres permanecieron casi dos horas en espera de que les autorizaran llegar hasta las garitas del cruce fronterizo, donde ambas familias pedirían el asilo político.
Las organizaciones a favor de los migrantes documentaron que agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (U.S. Customs and Border Protection, CBP, por sus siglas en inglés) impiden que las personas lleguen a las garitas y las regresan a territorio mexicano sin darles oportunidad de plantear su caso.
“Cuando una persona cruza la malla se considera una entrada ilegal y el procurador general de los Estados Unidos, Jefferson Sessions, dijo que él iba a implementar una política de hacer un juicio criminal a todos los padres que entran de esa manera, porque los niños no los pueden acompañar cuando entran a la cárcel y les quitan los niños”, explicó Rubén García, director de Casa Anunciación.
“Ellos dicen que están haciendo esto porque no es la manera correcta de presentarse en un puerto internacional, pero si la gente viene al puerto y los rechazan, entonces ¿cómo le van a hacer? Para nosotros es muy importante llamar la atención por lo que está pasando”, dijo.
Afirmó que el derecho de todas las familias es llegar hasta la garita y hacer su solicitud. “Lo que suceda dentro del proceso lo desconocemos, pero le corresponde a un juez decidir”, expuso el activista social.
Sin embargo, los agentes de CBP impidieron que las dos familias llegaran hasta la garita, dijo García.
Al verse sola con la niña, la abuela aceptó la ayuda de una familia que les ofreció estancia en su hogar, mientras que la madre con sus cuatro hijos fueron acogidos por casi tres semanas en la Casa del Migrante, hasta ayer.
Casa Anunciación y la asociación Derechos Humanos Integrales en Acción (DHIA) realizaron el acompañamiento para que ambas familias lograran llegar a la garita, al recrudecerse las medidas de seguridad en los puertos fronterizos que implementó el Gobierno de Estados Unidos para detener el flujo de mexicanos y centroamericanos que buscan asilo político en ese país.
“Las familias permanecerán unidas, el proceso de asilo político es distinto al proceso de deportación que implica la separación de familias”, explicó Diana, integrante del DHIA.
Hasta el momento ambas organizaciones derechohumanistas desconocen cuántas personas llegaron al puente internacional y fueron rechazadas, por lo que DHIA mantiene una presencia permanente en los puentes a fin de ubicar a los connacionales y extranjeros rechazados a fin de ofrecerles el acompañamiento necesario.
“No es correcto, esto tiene que cambiar”, insistió Rubén García.
Agregó que es importante la solidaridad que se está manifestando en la comunidad internacional contra la separación de las familias y la reclusión de niños en jaulas.
“En esa misma manera es importante dar el apoyo a estas familias que están huyendo, porque estamos hablando de una falla de seguir la ley como está escrita. No dice que tenemos que aceptar a una persona si tenemos cupo, si la persona tiene miedo y pide asilo le tenemos que dar el derecho de presentar su caso y ponerlo frente a un juez de migración”, dijo García.
Poco después de las 9 de la mañana los agentes notificaron la autorización para que las dos mujeres y los niños llegaran a las garitas y lograran hacer su solicitud de asilo, lo que fue documentado por los periodistas de ambos países. 

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