Fernando Aguilar/
El Diario
Desde el domingo por la tarde, la casa de Juan Gabriel se ha convertido en una especie de ‘santuario’ donde personas de muchas partes de México y Estados Unidos han coincidido para agradecerle por las memorias que su música les ha dejado.
Así sea para cantarle sus canciones, para orar, o para colocar una veladora a los pies del gran barandal de la avenida 16 de Septiembre, los dolidos admiradores acuden a cualquier hora, afirman quienes viven cerca y han podido atestiguarlo.
Una muestra rápida y tangible de aquello es que, desde que se hizo pública la noticia del fallecimiento, la vialidad ha permanecido bloqueada entre las calles Colombia y Perú, donde se localiza la icónica construcción propiedad del Divo de Juárez.
A las rejas que la protegen, los visitantes han ido a pegar despedidas escritas a mano y toda clase de mensajes de agradecimiento redactados cual cartas personales enviadas de una persona a otra. Son tantas flores las que le han depositado ahí que quienes recién van y dejan la suya deben buscar un espacio dónde colocarla.
“Todo esto es una muestra muy bonita de cariño por todo lo que representó su música”, opina Laura Nájera, una fan que vive a cuatro cuadras. “Lo que más me llama la atención es el cariño que sentía toda la gente por él. Han venido nomás a tomarse una foto enfrente de la casa de Juan Gabriel para tener un recuerdo de él”.
A Paola, una enfermera que trabaja frente a la casa del divo, le sorprende ver la gran admiración que el artista despierta. Sobre todo porque, explica, nunca había presenciado estos actos en directo, sólo en la televisión cuando murió, por ejemplo, Joan Sebastian.
“Desde el domingo hay mucho movimiento. A pesar de que ahorita estaba lloviendo, la gente no dejaba de venir. Vienen, toman sus videos, la foto. No han dejado de estar aquí. Ha bajado la cantidad de asistentes, pero no han parado de llegar. Toda la gente está interpretando las canciones de Juan Gabriel, todo el día”, comenta la mujer.
No obstante, los sentimientos que con el hecho de reproducir las canciones del artista a todo volumen manifiestan algunos, a otros vecinos los ponen irritables.
Aunque entienden la magnitud del deceso y sus naturales repercusiones en esta frontera, vecinos como Alberto Ortiz se sienten tan agobiados por el intenso movimiento que no se quedarán en su casa por lo menos hasta que pase el nudo de los homenajes a Juan Gabriel: la misa que este sábado será oficiada en su honor en ese domicilio.
“Desde la primera noche”, dice Alberto. “Hay música a la 1, a las 2 y a las 3 de la mañana. A veces llevan mariachi, a veces hasta los carros con buen sonido. Sí se entiende, pero ya son muchos días. Aparte, el tráfico vehicular del tramo cerrado se desvía por la Ignacio Zaragoza (la calle que se localiza detrás de la residencia)”.
faguilar@redaccion.diario.com.mx