Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Con sus zapatos deportivos y el pantalón de mezclilla empapados, Christian pedaleó con fuerza para salir del afluente de aguas negras al que se internó para cruzar la calle.
“Ya me andaba llevando el arroyo”, dice el pequeño de seis años que este jueves por la mañana salió a jugar con su bicicleta al parque público, ubicado en las calles Granada China y Mamey de la colonia El Granjero, donde desemboca el afluente.
“Esto es un desmadre, pura pestilencia”, suelta una mujer mayor que está cerca del niño y es poco tolerante al nauseabundo olor.
Lidia Herrera, quien radica en la calle Mamey, no descarta la posibilidad de mudarse de casa ante los problemas que resienten por la falta de drenaje pluvial.
El arroyo fue canalizado y termina justamente en esta vialidad y lo mismo arrastra agua pluvial, que basura y fuga de aguas negras como ocurre en este caso.
“Fuera agua de lluvia no importaría, pero son aguas negras y huele horrible, prendemos el aire y todo el mal olor se mete a las casas y es insoportable”, denuncia la madre de familia que exige una atención a este grave problema de salud pública.
Siguiendo el recorrido del arroyo, los peatones y automovilistas sortean perros muertos, llantas, autopartes de vehículos y material de construcción que vecinos de diversas colonias han arrojado al arroyo natural que atraviesa desde la Toronja Roja y bulevar Zaragoza hasta desembocar en los patios de la empresa maquiladora Ruskin de México, ubicada en la avenida Paseo de la Victoria.
“Huele espantoso, está horrible, no se puede cruzar y es muy peligroso; hay que tener cuidado”, advierte Juan Manuel Rosales Hernández, un niño de 10 años que acudió a comprar un refresco a una tienda de abarrotes y tuvo que hacer peripecias para cruzar entre piedras el arroyo formado por el agua residual.
A menos de dos metros donde era entrevistado el niño, un perro muerto estaba a mitad de la corriente junto a dos defensas de autos.
“Pasé por la llanta y la piedra. He visto varias veces el arroyo así y no han hecho nada”, comenta el menor que conmina a las autoridades a reparar las fugas del drenaje.
Cuadras más adelante se encontró el origen del agua residual. El líquido emanaba de una alcantarilla ubicada en la avenida Toronja Roja, justo enfrente de la Escuela Secundaria Federal 10 de la colonia Infonavit Solidaridad, donde salía con fuerza el líquido verdoso y pestilente de la red de drenaje.
Pilar Domínguez es una mujer mayor que caminaba junto a su esposo y ambos se cubrían la nariz ante el olor a heces fecales.
“Las autoridades deben de poner más atención a este problema, sobre todo ahora que es temporada de lluvia venimos caminando desde el bulevar Zaragoza porque no se puede pasar por este arroyo y tenemos que cruzar la calle para ir a agarrar el camión a otra vialidad”, dijo.
“Tiene dos días, el agua sale con mucha fuerza y parece río, y lo peor es que huele muy feo, es puro drenaje y no ha venido la Junta Municipal de Agua y Saneamiento”, agregó su pareja.
Antonio Andrew, presidente de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) ayer se encontraba en la Ciudad de México y al conocer los diversos reclamos, se comprometió a atenderlos.
Otro servidor público que se enteró del problema denunciado por los residentes de colonias como El Granjero, Lucio Blanco e Infonavit Solidaridad fue Héctor Lozoya, director de Limpia.
Ayer al mediodía se comprometió a enviar personal para recolectar la basura y exhortó a los vecinos a mantener libre el arroyo natural embovedado, ya que en caso de una lluvia el agua sale con fuerza y puede estancarse por la basura. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)
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