Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Frente a las pacas de basura quemada que serían enviadas a Chihuahua, Monterrey, Toluca, Guadalajara y otros municipios, Javier Castrejón observa su patrimonio reducido a escombro y cenizas.
Entre los restos carbonizados de la empresa Bestway de Juárez aún hay fumarolas y el humo blanco envuelve al empresario que ha pasado más de 24 horas sin dormir. A pesar del cansancio, no encuentra explicación, para él este incendio fue provocado y analiza interponer una denuncia contra quien resulte responsable.
“Me siento abatido… lo perdimos todo”, dice el empresario que inhala fuerte a pesar del olor a basura quemada.
Cierra los ojos y recuerda que hasta el miércoles operó en el Relleno Sanitario la empresa recicladora que daba empleo a casi 150 personas y en la cual invirtió aproximadamente cinco millones de dólares.
“Todo estaba bien, no había ningún problema”, dice el empresario que dormía en su casa cuando sonó su teléfono celular dorado y escuchó los gritos del velador avisándole que se incendiaba el basurero.
Pasadas las 12 de la noche, el fuego empezó a consumir rápidamente la basura en el muro de contención de la celda dos del Relleno Sanitario; después las llamaradas se observaron dentro de la planta entre la basura que había sido compactada y empacada para enviar a otros estados al día siguiente.
En la parte lateral izquierda, en el exterior de la planta, empezó a arder el vehículo de uno de los empleados.
Finalmente las llamas destruyeron seis trascabos, una compactadora, dos unidades vehiculares, dos maquinarias para segregar la basura que aún se debían al banco, así como toneladas de materia prima... aún falta valorar el daño de la estructura metálica de la empresa.
“Estoy en shock, muy devastado… esto era mi vida”, dice Castrejón entre los desechos destruidos.
Muy cerca de él se encuentra un grupo de trabajadores que observan los daños y tratan de entender cómo inició el siniestro.
“No hay de otra, esto fue intencional y no fue solo uno, fueron varios los puntos donde prendieron el fuego”, dicen los empleados con la experiencia que les da el trabajar en un sitio de alto riesgo.
“Los trabajadores están impresionados igual que yo, pero están todos puestos para trabajar, tenemos que levantarnos, tenemos que comer, es un shock para todos, pero hay muestras de solidaridad. Tardamos dos años en construir físicamente esta empresa, pero fueron años de trabajo”, dice Castrejón.
La maquinaria había sido reparada porque la arena atrofia las bandas y éstas fueron remplazadas recientemente.
Luego de mirar por un rato la estructura metálica destruida, Javier Castrejón refiere que ninguna compañía le quiso vender la póliza de seguro contra incendios por ser de muy alto riesgo.
“Fui con todas las compañías y nadie me quiso asegurar”, afirma.
“Esta es una zona de riesgo por el material que se maneja. El Relleno Sanitario se ha incendiado muchas veces y a nosotros nunca nos había pasado nada, tenemos un plan de contingencia, protocolos, rutas de evacuación, esto no fue un accidente o un mal manejo, esto fue provocado y voy a presentar una denuncia”, advierte.
El tiradero se encuentra situado a la salida de Ciudad Juárez. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)
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