Fernando Aguilar/
El Diario
A Juárez se puede llegar en auto prácticamente desde cualquier dirección, pero quien lo haga desde el norte –vía el puente ‘Libre’– será bienvenido por una veintena de pequeños magueyes en fila que hace algunos años no estaban ahí.
De hecho, tampoco se hallaban los que recibirán al visitante en el extremo sur, plantados en el punto donde se ubica el Umbral del Milenio a partir de los trabajos de embellecimiento que se llevaron a cabo en esos y en otros dos importantes accesos de la ciudad.
A los ojos de algunos conductores, a raíz de que concluyeron dichas obras la primera impresión es otra: no es ahora un panorama árido el que acoge a los que vienen, sino uno más agradable a la vista, financiado con 52 millones de pesos federales del Fondo Metropolitano.
Aquellos puntos de ingreso son, en el sur, la carretera Panamericana; en el poniente, el bulevar Óscar Flores entre el Camino Real y la glorieta del kilómetro 20; en el oriente, la vía Juárez-Porvenir entre el Libramiento Aeropuerto y Zaragoza y en el norte, las inmediaciones del cruce fronterizo.
Las fotografías que Google capturó en 2009 por medio de su servicio Street View –con el que recorre las principales calles de varias ciudades del mundo– documentan que ese último sitio, por donde durante 2015 cruzaron 3 millones 187 mil 704 vehículos de acuerdo con datos oficiales, es uno de los que más cambios ha sufrido.
Según puede verse en dichas imágenes que datan de hace siete años, las palmeras que se encontraban ahí fueron sustituidas por los agaves y, en vez de unos nacientes árboles, ahora hay unos arbustos que adornan el camellón con sus flores rosas en la banqueta, que también fue remozada y decorada con patrones de adoquín.
A 17 kilómetros de ese punto en línea recta, en el sur de la ciudad, la rotonda donde confluyen el Camino Real, el bulevar Óscar Flores y el eje vial Juan Gabriel es la primera estructura urbana que encuentran quienes llegan desde Casas Grandes y el norponiente del estado.
La glorieta existía cuando Google fotografió la zona, pero no lucía como en la actualidad: delimitada por bloques de concreto que, sin embargo, a menos de dos años de su edificación, hoy se aprecian destruidos en algunos tramos de los poco más de 200 metros que mide ese perímetro ovoide asentado en la colonia Granjas de Santa Elena.
Parte del cambio es que la vegetación desértica que la embellecía ahora se encuentra circunscrita dentro de una estructura en la que también hay piedras de color arena, divididas por varias secciones.
Apenas se acerque, al visitante que provenga del interior del estado lo recibirá el Umbral del Milenio, un área turística que también fue beneficiada con las labores de restauración, en ese caso, de los costados de la carretera Panamericana y con la creación de un pequeño jardín donde antes había sólo arena.
El material gráfico de Street View muestra que la zona se observaba desértica por completo hacia 2009 y que el muro de contención hecho de clústeres de piedras decorativas no estaba.
Sin embargo, en estos días, 11 luces iluminan por la noche un letrero de bienvenida que se erige sobre el jardín tapizado con cáscara de nuez, donde abundan las hormigas aladas, los magueyes y las palmas.
Aunque mucho más sobrio que los anteriores, el cuarto acceso al que le fue conferido un nuevo aspecto es el cruce del bulevar Independencia con la carretera Juárez-Porvenir.
El puente que se eleva sobre la última vialidad fue decorado con un mensaje que les da la bienvenida a las personas que entran en la ciudad desde el Valle de Juárez y las zonas aledañas.
La acera adoquinada que delimita el acceso y lo separa del campo algodonero tampoco estaba ahí antes de las obras, cuando la división la marcaba únicamente el borde del pasto que había crecido.
En su momento, el entonces director de Obras Públicas del Municipio, Manuel Ortega Rodríguez, dijo que la intención era mostrarles a los visitantes que los juarenses los reciben con gusto. (Fernando Aguilar / El Diario)
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