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Viudas encaran violaciones a sus derechos humanos

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-06-22

La noche del 25 de octubre de 2009, Cecilia le llamaba una y otra vez a su esposo Damasio. Lo hacía con insistencia, pero él nunca le contestó. Después se fue a dormir, sin saber que sería por la mañana cuando descubriría a través del noticiario que había sido asesinado.
El hombre trabajaba como celador en el penal que se localiza en la calle Barranco Azul y murió durante un enfrentamiento a balazos ocurrido al finalizar su turno, cuando ya se dirigía hacia su casa.
Las imágenes televisivas le mostraron a su mujer el auto en el que viajaba, que reconoció antes de que le llamaran del centro penitenciario para informarle sobre la ejecución.
Con tres hijos todos menores de 10 años, Cecilia pasaría a convertirse desde aquella tarde de octubre en una mujer viuda, condición en la que, al cierre de 2015, se hallaban entre el 5.7 y el siete por ciento de las habitantes del estado de Chihuahua.
El dato cobra relevancia hoy, en el Día Internacional de las Viudas, instituido hace apenas cinco años por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los representantes de aquella institución mundial consideraron que esta efeméride debía existir porque, cuando enviudan, las mujeres pasan a ser “ausentes en las estadísticas, inadvertidas por los investigadores, abandonadas por las autoridades (…) y mayormente ignoradas por las organizaciones de la sociedad civil”.
En ese duro contexto, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) califican como “invisible” la situación de todas ellas, pero reconocen que el abuso al que pueden enfrentarse junto a sus hijos es una de las violaciones a los derechos humanos “más graves”.
En el mundo, alerta el organismo en su página de Internet, millones de esposas con esa característica encaran pobreza extrema, aislamiento, violencia, falta de vivienda, enfermedades y discriminación.
En el caso mexicano, la viudez es una condición presente en mayor medida en las mujeres, de modo que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ocho de cada 10 personas pertenecen a ese sexo.
Según la encuesta intercensal de dicha institución, en 2015 sumaban 3.4 millones de 12 años y más, lo que equivale al 7.1 por ciento de la población femenina.
Ese instrumento señala que la mayor cantidad de viudas se encuentran en Guerrero y en Oaxaca; luego en la Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Sinaloa, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo, Durango y Michoacán.
Chihuahua no aparece entre los estados con mayor índice, pese a que la crisis de inseguridad vivida entre 2008 y 2011 dejó 9 mil 428 personas asesinadas según datos oficiales que señalan que el blanco de estas ejecuciones lo fueron más los hombres que las mujeres.
Sin embargo, el Inegi reconoce la necesidad de crear consciencia sobre este grupo poblacional y reproduce el exhorto que la ONU hace al mundo en el sentido de asegurar que sus derechos se cumplan, pues, como Cecilia, con frecuencia atraviesan por muchas dificultades en todos los ámbitos.
“La asimilación fue muy difícil”, cuenta la mujer, quien recuerda cómo nunca pudieron vivir con lujos. “Y fue muy difícil arreglar la pensión. Yo me tardé seis meses en el Municipio. Tuve que meterme a trabajar en una escuela donde ganaba 100 pesos diarios. No recibíamos dinero de nadie más que de la familia, que nos apoyaba”.

En el país
• La edad promedio de las viudas en México es de 67.7 años
• El 23.8 por ciento de ellas no saben leer ni escribir
• Tres de cada 10 son económicamente activas
• El 86.4 por ciento de estas mujeres están afiliadas a los servicios de salud
• Las viudas son jefas de familia en el 8 por ciento de los hogares del país

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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