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Su pasión por los números le abre puertas en Europa

Maricela Morones/
El Diario

2016-05-05

A sus 22 años, Irving Martínez Acosta tiene dos licenciaturas, un empleo asegurado en Alemania y está por ingresar a la Universidad de Cambridge el próximo octubre, en donde realizará una maestría en Matemáticas.
“Siempre me han interesado varios temas: arte, literatura, ciencias sociales, música y tengo varios premios en esto, pero mi pasión son las Matemáticas”, platicó.
Irving ya está listo para viajar a Alemania la próxima semana, en donde fue contratado por la empresa BASF, la más importante en la rama de la química a nivel mundial.
Próximamente viajará a Reino Unido para empezar la maestría, convivir con los mejores matemáticos del mundo y aprender de ellos. Su visión es obtener un doctorado.
“Me siento muy bien, me alegra seguir teniendo oportunidades para seguir trabajando en lo que más me gusta, que son las Matemáticas, y la verdad, espero con ansias lo que voy a ver en ese país, siento que tendré muchas oportunidades para crecer”, externó.
Actualmente la institución está considerada como una de las mejores a nivel mundial y la mejor del ranking para estudiar Matemáticas.
“Matemáticas es tan bello que puede ser utilizado en química y eso es exactamente lo que haré, veré procesos químicos con la aplicación de la materia”, dice Irving.
Él ha superado toda clase de obstáculos educativos. Desde la secundaria estudió en El Paso, en donde su principal dificultad fue hablar inglés. Aun así tuvo destacadas participaciones en el área de matemáticas.
Aunque desde la secundaria tuvo la oportunidad de estudiar en El Paso, a la hora de buscar apoyos para desarrollar proyectos le fueron negados por no ser nacido en Estados Unidos.
“Mi papá siempre me ha tratado de dar todo lo que necesito para seguir mis metas, fuera de ahí no he tenido mucho apoyo porque no soy americano. Sí he estado en proyectos pero muy apenas me metieron ahí, pero con lo que tenía trataba de dar lo mejor de mí”, expresa.
Irving cuenta que hubo un momento en donde se quedó sin apoyo de Estados Unidos y México, porque en su país no se lo dieron por haber estudiado en El Paso y en el vecino país le negaron oportunidades.
En el librero de su hogar tiene poco más de 70 libros, acompañados de 40 medallas y diversos trofeos de matemáticas, oratoria, ciencias sociales, literatura, física, química y demás.
Para sus momentos libres se reserva algunas piezas que toca en un piano café, colocado a un costado del comedor de su casa, acción que toma como una relajación.
Hace un par de años Irving estuvo en la Universidad de Texas en Austin. Realizó un proyecto de nanopartículas donde tenía que manipular sistemas con métodos matemáticos.
“También he estado en la Universidad de Chicago, con un proyecto de física computacional”, platica mientras mustra las medallas que ha ganado.
Pero Irving no se encasilla día y noche a  estudiar. Busca un equilibrio lógico entre sus actividades, sale de antro varias veces a la semana, tiene muchos amigos, practica varios deportes, le apasiona el futbol europeo y no le teme a las nuevas experiencias de vida.
“Yo le diría a los jóvenes que no le tengan miedo a las matemáticas y que aprovechen su tiempo en estudiar lo mayor posible”, finaliza. (M. Morones)

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