Fernando Aguilar/
El Diario
Enfurecida, consternada y agitada ante lo que asegura que vio, Gabriela Delgado decidió que no podía esperar a que llegara una autoridad a rescatar a un perro moribundo, que colgaba de la ventana de una casa, suspendido por unas aparentes correas de motor.
La mujer dijo que se enteró por la televisión un día antes, pero cuando llegó ayer a ese punto, hacia el mediodía, dijo sentirse tan consternada por la escena que no le importó que fuera una propiedad privada, entró en el porche y descolgó ella misma al animal para llevarlo a una clínica veterinaria.
“¡Yo no puedo con esto!”, dijo después de exhibir un video donde se aprecia cómo el perro blanco agonizaba. “Me mordió, pero estaba muy mal”, dijo.
Agregó que el dueño es mecánico y lo tenía amarrado con una banda de motor, torturándolo. “El perro está en un dolor total”.
El caso lo dio a conocer el Instituto por la Educación y la Defensa Animal (IEDA) después de que el lunes interpuso una denuncia en la Fiscalía General del Estado (FGE) Zona Norte, contra un hombre a quien sólo conocen como Juan, habitante de la primera etapa de la colonia Tierra Nueva.
La querella quedó asentada en la carpeta de investigación 2016-0011415. Los miembros de la organización protectora de animales lo acusaron de mantenerlo en malas condiciones, “lo cual es una violación de la Ley de Bienestar Animal del Estado de Chihuahua”.
Aunque se deslindaron de la acción de Gabriela, quien no pertenece al IEDA, señalaron que nadie de la Fiscalía acudió a atender el caso, a pesar de que el fiscal Enrique Villarreal Macías “dio la indicación para que ya se movieran para que fueran a ver la situación; pero eso no ocurrió”, sostuvieron.
“El día que pusimos la denuncia, nosotros vinimos a esperarlo (al dueño del perro) a la 1 de la mañana para hablar con él de que tenía que hacer algo con el animal, porque no lo podía tener así. Él dijo que no, que se iba a esperar hasta que se muriera solo”, afirmó Olivia Ceballos, representante legal de IEDA.
El señalado, quien supuestamente trabaja en una maquiladora, no estaba en su casa cuando ocurrieron estos hechos ayer, tampoco alguna otra persona.
No obstante, Gabriela, Olivia y otra mujer estaban ahí esperándolo en la expectativa de que la Policía Municipal lo llevara ante un juez de Barandilla para que el proceso legal continuara.
Sin embargo, los oficiales les explicaron que no era posible obligarlo a que se subiera a la unidad sin contar con la orden de un juez, ni mucho menos entrar libremente en el domicilio para rescatar a los otros animales que, aseguran las mujeres, se encuentran ahí y son torturados según versiones de los vecinos. La Fiscalía dio a conocer que acudió a la casa pero al no encontrar al dueño, se determinó que volverían cuando estuviera, pues tampoco pueden entrar sin la orden de un juez. (Fernando Aguilar / El Diario)
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