Fernando Aguilar/
El Diario
Los padres y otros familiares de quienes hace seis años murieron en la masacre de Villas de Salvárcar esperan con firmeza que presenciar la misa del Papa Francisco el próximo 17 de febrero desde una zona preferencial les ayude a recobrar la paz que para ellos no llega desde entonces.
Convencidos de ello, los que pudieron reunirse ayer al mediodía afuera de la casa donde sucedió la matanza el 30 de enero de 2010 recibieron aliviados 30 boletos que la Diócesis de Ciudad Juárez les otorgó para que igual número de familiares asistan a la ceremonia.
Algunos explicaron que se hicieron de los pases luego de que le solicitaran a José Guadalupe Torres, el obispo de esta localidad, la oportunidad de reunirse con el Sumo Pontífice.
Una madre que habló en nombre de los que se congregaron dijo que la visita papal significa para todos un consuelo que les dará aliento y la esperanza de que “la oración que él eleve llegue hasta donde están” sus seres queridos.
La mujer pronunció estas palabras luego de orar junto a los otros diez adultos y dos niños un padrenuestro, un avemaría y guardar un minuto de silencio en memoria de quienes fallecieron en ese domicilio. Ahí, los padres colocaron un arreglo floral por cada víctima e invitaron a la comunidad a que acuda a ese punto y haga lo mismo.
“Esta es una bendición muy grande para nosotros”, dijo en relación con la posibilidad de ver de cerca al Papa Francisco la señora Arcelia Medrano Arrieta, madre de Juan Carlos Medrano, quien estudiaba en el CBTIS 128 y tenía 17 años.
Tanto ella como otros coincidieron en que sus expectativas son que el mensaje del Sumo Pontífice les regrese la tranquilidad que tanto anhelan y que envuelva a Ciudad Juárez en un clima de amor.