Fernando Aguilar
El Diario
Claudia y su hija Fernanda son dos juarenses católicas que están convencidas de que tienen la encomienda de cuidar al Papa Francisco del “fanatismo, la emoción y la adrenalina” que pueden desembocar en un lamentable incidente.
“Nuestra labor es no permitir pasar a nadie en el cruce del papamóvil”, explica la primera, de 46 años”. “No nos importa pasar 16 horas aquí parados. Vamos a estar desde las 5 ó 6 de la mañana hasta las 8 de la noche, cuando se vaya él de la ciudad”.
Con la misma convicción, miles de creyentes participaron ayer, desde las 10 de la mañana, en un simulacro a lo largo de la avenida Tecnológico, parte troncal de la ruta que seguirá el Sumo Pontífice para llegar a los terrenos donde oficiará su misa.
El padre Roberto Luna, responsable de la organización de la valla humana, estimó que ayer se reunieron más de 6 mil voluntarios, quienes fueron convocados por sus parroquias para conocer lo relativo a los puestos de auxilio que habrá y los puntos en que tendrán que permanecer.
“También hicimos esto para enseñarle a la ciudadanía que estamos trabajando y para tocar el corazón de muchos, para que reconozcan la valla y les lleven a las personas un taquito o algo de comer”, explicó.
El encargado añadió que el 17 de febrero serán entre 60 mil y 70 mil personas las que integrarán la barrera humana y afirmó que, si bien no pudieron estar presentes ayer, todas ya fueron reclutadas.
Dos de esos voluntarios son Nidia y Erick, a quienes les tocará pararse frente a Plaza Juárez Mall.
“Yo me involucré porque me llamó mucho la atención, especialmente porque yo era una persona a la que se le dificultaba creer en los papas. Pero él se me hace que es una persona muy diferente a los anteriores”, dijo la estudiante de 18 años.
Elvia Ávila, de 47, se quedará el día de la visita papal frente al edificio de la sede local del Poder Judicial de la Federación, desde donde espera sentir “mucha paz y serenidad” mientras observe al Sumo Pontífice desplazarse sobre la avenida.
“Para mí es un servicio a Dios que nosotros hacemos con mucho amor y de todo corazón”, expuso la feligresa de la iglesia Jesucristo Sol de Justicia. “Me motivó porque, a mi edad, nunca había visto a un Papa aquí y para mí es un placer servirle”.
De acuerdo con Luna, en el recorrido algunos ciudadanos denominados centuriones dirigirán a los integrantes de la valla, en tanto que serán los brigadistas quienes los auxiliarán si lo necesitan.
Sin embargo, éstos ya les han explicado qué deben hacer en caso de que presentarse un incidente, afirmó otra participante llamada Fernanda, quien practicaba la posición que le enseñaron a adoptar para impedir que alguien acceda a la calle en un momento inoportuno.
El coordinador de los voluntarios informó que habrá un segundo simulacro el domingo 14 de febrero a las 9 de la mañana, al que se pueden sumar quienes lo deseen acercándose a los diferentes puntos del recorrido con un pañuelo blanco para registrarse.
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