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Ven el otro lado del cáncer

Fernando Aguilar/
El Diario

2016-02-04

Para muchos, enterarse de que tienen cáncer implica hacer algunos cambios en sus hábitos alimenticios, su estilo de vida, sus relaciones sociales y su autoestima. Representa un nuevo obstáculo qué superar. Pero nunca una sentencia de muerte.
Todo lo contrario: la enfermedad significa para ellos una oportunidad que les da esperanza para hermanarse con otros y volver a vivir, incluso con más ganas.
Así luce el semblante de Iván Enrique, uno de los invitados al desayuno que la asociación civil Aprocáncer organizó ayer para conmemorar el Día Mundial contra el Cáncer con muchos de quienes alguna vez padecieron ese mal y lograron derrotarlo.
Él es un hombre de 23 años diagnosticado con un osteosarcoma, un tipo de cáncer en los huesos que en su caso se manifestó en el área cercana a la boca y ya se ha ido.
El de Antonia Puentes tampoco está, después de que ella recibió seis sesiones de quimioterapia y se sometió a una operación.
“Yo lo tenía en los ovarios hace un año”, recuerda la mujer de 64 años. “Se me hizo muy difícil, pero ya ahorita veo las cosas bien diferentes y bien bonito”, comenta. “Me siento más a gusto y aprecio más todo. Por ejemplo, a mi familia la quiero más, igual que a las personas que me rodean, a mis vecinos… ¡a todos!”.

No se rinden

Otros como Alicia Escobedo e Irving Esparza no han ganado la batalla, pero saben que pronto lo harán con el apoyo médico y emocional de la asociación y sus integrantes, colaboradores y especialistas.
A Esparza, el cáncer de testículos se lo diagnosticaron hace un año. Hasta el momento ha experimentado 11 sesiones de quimioterapia porque los medicamentos que toma, le han dicho, no han sido tan efectivos. Pero aprendió a ver el otro lado de su enfermedad.
“Una de las cosas buenas es que esto nos ha unido más a mi familia y a todos mis hermanos. Y otra, que he conocido a nuevas personas aquí en la asociación. He conocido a mucha gente que pensaba como yo: que cuando uno se enferma piensa que es la única persona que tiene esa enfermedad”, comenta el panadero de 24 años.
Alicia casi está del otro lado. Aunque su cáncer de mama todavía está presente, la mujer de 59 años, quien consagra su tiempo al hogar, agradece que las quimioterapias y las radiaciones ya pasaron, pues su diagnóstico le fue dado hace tres años.
“En todo este tiempo han cambiado muchas cosas”, sostiene. “Desde la familia y la alimentación, hasta las ganas de vivir. Uno piensa que cuando es cáncer se va a morir. Y no es cierto, va a vivir”.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

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