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Viven reos su fe… en libertad

Martín Orquiz/
El Diario

2016-01-28

Joel Torres Reyes lleva ya 15 años encerrado en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3, le restan 20 años para cumplir una condena por asesinato, pero sonríe mientras trabaja en la remodelación del área donde estará el Papa Francisco el próximo 17 de febrero gracias al ánimo que le inyecta el acontecimiento.
“Ya vive (el Pontífice) en este momento en este centro”, menciona mientras sus compañeros cortan fierros, los sueldan, alisan cemento, llevan y traen estructuras de un lado para otro porque las obras deben quedar listas a más tardar la próxima semana.
“Todavía no llega y aquí todo mundo se acuesta y se levanta con el Papa Francisco”, dice mientras que a su espalda se yergue la capilla que fue reconstruida en su totalidad para el evento donde el visitante será acompañado por 600 presos y 100 reclusas.
El sitio tiene dos entradas, un espacio amplio y un techo muy alto, los colores claros del interior lucen por la luz solar que llega por todos lados: “ojalá y tengamos un día al menos como éste cuando venga el Papa”, comenta un integrante del cuerpo de seguridad del Cereso.
Los presos que hacen de albañiles se tiran al piso para pulir el cemento de la escalinata, los pintores, los herreros, los carpinteros y los ayudantes, que no dejan de acarrear carretillas con material, evitan distraerse de sus ocupaciones, al menos hasta que son llamados “al rancho”, la comida de mediodía que es servida en el patio central.
Todos traen su ropa de trabajo color caqui, pero está cubierta de polvo; Joel se distingue porque trae una camiseta color naranja que lo hace visible desde cualquier punto de esa área.
A sus “41 años cumplidos”, el originario de Jaltipan, Veracruz, comenta que está en espera de que un juez pueda reducir su condena para salir el año que entra.
Dice que durante el tiempo que estuvo ya en prisión su perspectiva de la vida cambió mucho, principalmente porque adentro aprendió muchas cosas que no le enseñaron afuera.
“Cuando uno sale ya va transformado, se hace día a día con las actividades que hay aquí, quiere uno estar bien con la sociedad”, comenta el encargado de mantenimiento del penal, quien coordina los trabajos de las 150 personas que conforman ese grupo. 
Las terracerías del área por donde pasará el visitante serán cubiertas con pavimento durante los próximos días, los jardines lucen pinos que aparentan estar recién plantados, con ramas y hojas pulcramente recortadas.
La capilla es completamente nueva y albergará a unas 100 personas, la mitad serán miembros de la Pastoral Penitenciaria y la otra de trabajadores de la Fiscalía General del Estado (FGE).
El Papamóvil, explica la portavoz de la Fiscalía de Ejecución y Penas, Alejandrina Saucedo, entrará por la Aduana, seguirá por un área conocida como calzada, donde habrá una valla formada por 250 personas, todas familiares de reos.
La unidad recorrerá unos 100 metros hasta llegar a la exclusa número 2, un sitio utilizado para el control de circulación tanto vehicular como peatonal. Ahí el Pontífice bajará de su vehículo, caminará unos 5 metros y abordará un carrito de golf, en el que será transportado por casi 80 metros hasta la capilla.
Enseguida, luego de dirigir algunas palabras a las personas que estarán congregadas en el sitio, se trasladará al domo, ubicado enfrente, donde estarán los prisioneros.
Los trabajos que se realizan en la penitenciaría son costeados con recursos del presupuesto que les otorga el Gobierno para mantenimiento, pero hubo la participación del exterior, por ejemplo un arquitecto diseñó la capilla sin cobrar honorarios, explica. Además, la mano de obra es gratuita ya que es proporcionada por los reos.
Da a conocer que se espera que el Papa Francisco permanezca entre una hora y una hora y media en el Cereso. Su presencia será televisada al resto de los reclusos, poco más de 2 mil, a través de un sistema de circuito cerrado.
Saucedo informa que al menos un tercio de las personas recluidas en la penitenciaría de Ciudad Juárez practican la religión católica.
Joel es uno de ellos: “Estamos orgullosos, emotivos, alegres… esperamos que el Papa deje un recuerdo de algo nunca visto… y que nos contemple en sus oraciones”. (Martín Orquiz/El Diario)
morquiz@redaccion.diario.com.mx
 

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