Horacio Carrasco Soto / El Diario
2015-11-30
Blanca Selena Alvarado Espinosa dice que la casa de sus vecinas estaba en llamas y no halló piedras para romper los vidrios de la ventana, entonces tomó unas botellas de cerveza vacías de una banqueta aledaña y con ellas quebró los cristales.
Les gritó con todas sus fuerzas hasta que las despertó, además de correr casa por casa a despertar a los otros vecinos y pedir ayuda a gritos.
Luego, entre todos rescataron a la madre y su hija, mientras salían lenguas de fuego por las ventanas y el humo llenaba el sector.
La señora enviudó hace dos meses y le había puesto dos veladoras a su marido, pero una de ellas alcanzó una corona y eso provocó el incendio, agrega.
En la calle Palacio de Chetumal 1240 interior 3 del fraccionamiento Torres del Sur, una vivienda rosa luce las paredes ahumadas, muebles carbonizados en la banqueta y los vidrios rotos.
Los vecinos se detienen a observar.
Blanca Selena dice que el domingo en la noche estaba en su casa, pero entre 12:30 y una de la mañana decidió ir a comprar un refresco. Pero cuando venía de regreso, vio algo raro en la ventana de la vecina y decidió aproximarse.
“Me acerqué y miré que era mucha lumbre, mucha lumbre y todo estaba muy serio”, agrega.
“Lo primero que hice fue buscar una piedra para tronarles los vidrios pero no había”, informa.
Tomó las botellas y quebró los cristales, entonces “le empecé a gritar a la vecina, pues estaban dormidas, yo le decía: ¡Vecina! ¡vecina! y no se podían despertar, yo creo que ya estaban humeadas, pero entonces empezaron a toser”, expresa.
Ya por las ventanas rotas comenzaban a salir lenguas de fuego que alcanzaron a quemarla en una mano, además de que sufrió cortaduras en manos y rostro, añade.
Dijo que madre e hija estaban en la recámara de la planta baja donde ya todo estaba quemándose, pues se consumieron todos los muebles de la sala, cocina y la recámara, pero ambas mujeres alcanzaron a salir.
“Vine y les toqué la puerta a todos los vecinos y les grité ¡Se está quemando la vecina! y salieron todos, como pudimos abrimos la puerta y las sacamos”, agrega.
La vecina se llama Soledad Santiago Velasco, de 46 años, y hace dos meses se le murió su esposo y tiene una hija de 10 años a quien sus amiguitas identifican como Fátima. Ellas viven solas.
“Gracias a Dios llegó rápido la ambulancia y las atendieron, aquí las tuve conmigo pero a las siete de la mañana llegó una conocida y se las llevaron, dijo que iba a volver pero no se ha visto”, expresa.
Madre e hija fueron atendidas por paramédicos ya que presentaban crisis nerviosa.
“Yo estoy feliz de que la vecina y su hija estén bien, más que nada que estén bien, aunque también triste porque, pobrecitas, se quedaron sin nada”, continúa.
“Pero aquí todos los vecinos ya hablamos con ella y le informamos que la vamos a apoyar, a ayudarle en todo lo que podamos”, refiere.
La mujer no tiene familiares y pide a la gente que la ayude con lo que pueda, llamándole directamente a su teléfono celular (656) 675-13-30.
“Ella es sola, no tiene familiares, apenas hace dos meses que su esposo falleció y ahora ya se quedó hasta sin casa, se quedó sin nada…”, apunta.
hcarrasco@redaccion.diario.com.mx