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Florece cempasúchil en el Valle

Horacio Carrasco Soto/
El Diario

2015-10-06

Miles de flores amarillas y anaranjadas, junto a enormes espigas de un intenso color entre rojo y morado, crecen en una hectárea del ejido San Isidro.
Se trata de la única superficie en el Valle de Juárez que fue sembrada de flores, específicamente de cempasúchil y mano de león, entre la carretera Juárez-Porvenir y el río Bravo.
Para el día 20 de este mes, la cosecha será cortada y llevada a los panteones de la ciudad para ser vendida en las celebraciones del Día de Muertos.
“Entrando julio se siembra la flor y queda lista los últimos de octubre”, dice Hipólito Estrada Collazo, de 77 años, agricultor de toda la vida y originario del ejido San Agustín.
En esa zona se cultivó una hectárea de cempasúchil y 11 surcos de mano de león, da a conocer.
Dentro de 15 días ya van a estar abiertos todos los botones de las plantas y entonces se va a formar un “mar de flores”, con nubes de mariposas, abejas y colibríes, agrega.
“El cultivo de la flor tiene bastantes gastos, es muy delicada, requiere que se esté limpiando constantemente de hierba y regando por lo menos cada 10 días”, expresa.
Para sembrarlas hay que hacer una labor muy cuidadosa: se mezclan unos 100 gramos de semilla que es extremadamente pequeña con una mayor cantidad de arena, informa.
Luego se deposita la mezcla en una botella de plástico grande, a la cual se le hace un agujero en la tapa, continúa.
Entonces, como si fuera un gran salero, una persona vierte la mezcla en el surco y otra va detrás con una rama, cubriendo la semilla con medio centímetro de tierra, explica.
Pero se debe ser muy cuidadoso porque si le pone tierra de más, la semilla no germina, dice.
El cempasúchil, también llamado cempoal, clavel chino y flor de muertos, puede ser de colores amarillo, anaranjado, blanco, colorado y rosa, agrega.
Pero en esta superficie se sembró solamente de las primeras dos, informa.
Expresa que la siembra de flores es una actividad medianamente lucrativa y apenas unas cuantas personas, que se cuentan con la mano, las han sembrado en el Valle de Juárez.
Por ejemplo, yo gasto unos 35 mil pesos en sembrarlas, cuidarlas, tenerlas con agua y todo, explica.
Y cuando llega el tiempo de la cosecha, un comerciante acude al campo de cultivo, corta las flores y se las lleva a ponerlas en venta, dice.
“Salen varias trocas cargadas y todo esto se vende, todo”, agrega.
El comerciante vende el producto y cuando salen los primeros 35 mil pesos se los entrega al agricultor, porque es el costo de producción, informa.
Y el dinero que se obtenga de allí en adelante se divide entre dos, pues se lo reparten a mitad, expresa.
“A mí me ha quedado por hectárea unos 35 mil pesos por hectárea, después de quitar los gastos y entregar la media del comerciante”, da a conocer.
Dice que el día 20 de este mes tiene que estar toda la flor lista para los mercados, con sus botones reventados y sus pétalos muy coloridos.
Las plantas tuvieron muchos cuidados, recibieron un buen riego y además se registraron lluvias, agrega.
Todas estas flores irán a los panteones locales para las celebraciones de Todos los Santos el 1 de noviembre, comúnmente llamado Día de los Angelitos porque se festeja a los niños fallecidos, y al día siguiente, el 2 de noviembre, cuando se celebra a los muertos, informa.
Dentro de pocas semanas, estas flores del ejido San Agustín se convertirán en un homenaje a las personas que ya no están aquí. (Horacio Carrasco Soto/El Diario)

hcarrasco@redaccion.diario.com.mx

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