Horacio Carrasco Soto/
El Diario
Un hundimiento se registró en el colector Doblado, el mismo que fue reparado hace aproximadamente un mes por una empresa constructora de Torreón, Coahuila, que contrató la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Dicha compañía es recordada porque hace menos de dos meses causó la muerte por envenenamiento con gases de tres trabajadores y lesiones a otro –los cuatro de Ciudad Juárez–, al hacerlos ingresar a ese ducto sin protección contra gases.
El hoyanco se formó en el cruce de las calles Santa Felisa y Misión de Santa Mónica del fraccionamiento Jardines de Santa Mónica, a unos 20 metros de distancia de donde fallecieron los empleados.
Ahora se abrió un boquete de aproximadamente 1.80 metros de largo por 1 de ancho, y en el interior se aprecia un socavón en forma de embudo de unos 6 metros cuadrados con 1.60 de profundidad.
El subsuelo ya estaba carcomido y el pavimento cedió ante el peso de un camión recolector de basura y se formó el hoyanco; de inmediato, el sector se llenó de los malos olores del drenaje y de los gases que envenenaron a los trabajadores.
“Está peligroso, no han querido hacer bien el trabajo, lo dejaron a medias”, dijo Ricardo Hernández, vecino de ese cruce.
Cambiaron el colector, pero al parecer esa sección no la repararon, agregó.
Otro residente comentó que, para empezar, la empresa contratada por Conagua dejó unos tramos sin pavimentar, no recogió la piedrilla y tierra que generó con las obras y aparte hizo un pésimo trabajo, por eso se presentó este hundimiento.
Informó que otro vecino tomó dos celdas de enfriamiento de aire acondicionado y las colocó junto al hoyo a manera de advertencia para los guiadores.
Luego acudió personal de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento y puso tres “trafitambos” y cinta amarilla, pero no han regresado a reparar, expresó.
Aparte de lo anterior, un tramo del pavimento recién colocado se hundió y formó un vado en las calles Juan Kepler y Bosque de los Arrayanes, frente a la entrada al fraccionamiento Bosques de San José.
Aparentemente, esto se debe a que el suelo fue mal compactado y encima se puso el asfalto. Los vehículos que circulan por allí registran ‘un bajón’ repentino y luego una subida.
El pasado 1 de julio, Rubén Orozco Encina de 47 años y los hermanos Víctor Manuel y Noé Lorenzo Hernández, de 21 y 20 años, murieron intoxicados cuando hacían trabajos de reparación en una alcantarilla ubicada en las calles Colegio México y Juan Kepler del fraccionamiento Jardines del Seminario.
Este cruce se ubica a unos 20 metros de donde se acaba de hundir el colector. (Horacio Carrasco Soto/El Diario)