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‘Se rompieron protocolos en traslado de herido’

Staff/
El Diario

2015-08-17

Los hombres a bordo de la ambulancia vieron que los iban siguiendo cuando pasaron la Puerta del Milenio. El auto rebasó a los otros automovilistas hasta que alcanzó a la Unidad de Rescate del Gobierno del Estado (URGE) en la que viajaban. Entonces les cerró el paso. Del vehículo bajaron sujetos armados que les ordenaron: “¡No volteen!”, y los mandaron ponerse con la cara contra la pared de un negocio ubicado poco antes del Kilómetro 20.
Le pidieron a uno de los paramédicos que abriera la puerta lateral. Después, que se regresara a la pared y que no volteara. Entonces remataron al herido que trasladaban de la carretera cerca del poblado Benito Juárez. Así lo mataron y en esta escena hubo un protocolo que no se siguió. Los paramédicos debían ir escoltados por, al menos, una unidad de seguridad y no fue así.
Esa es la historia que circula entre los compañeros de los tres paramédicos que fueron interceptados por un grupo armado la noche del domingo. Una historia que formará parte de las anécdotas del acechamiento al que se ven expuestos rescatistas y paramédicos de las zonas afectadas por la violencia de la delincuencia organizada.
Los protocolos de seguridad existen en cada una de las corporaciones de paramédicos, la regla primordial de supervivencia es clara: si no hay alguien de seguridad pública que escolte o resguarde el área, no pueden intervenir.
Juan (de quien se oculta su verdadera identidad por motivos de seguridad) estuvo durante varios años en ese sector. Le tocó que lo detuvieran en una ocasión: “Recogimos a una persona que resultó lesionada de una volcadura, a quien aparentemente la iban siguiendo: la habían dado por muerta y la habían dejado. Cuando veníamos a Juárez, nos hicieron el cambio de luces hasta que nos paramos: nos abrieron la puerta y nos revisaron al paciente. Iban armados pero en aquella ocasión no le hicieron nada a esa persona, lo dejaron libre”.
En relación a lo ocurrido el domingo por la noche se le preguntó a la Dirección de Protección Civil del Municipio, la Secretaría de Salud del Estado y la Cruz Roja, si tienen algún protocolo de seguridad para los paramédicos que atienden este tipo de sucesos.
David Correa, coordinador del área de socorristas de la Cruz Roja, comentó que ellos tienen la indicación de siempre portar su casco y su peto que los identifica como paramédicos de la Cruz Roja; “siempre tenemos que llegar a los hechos violentos cuando están resguardados por la Policía. Revisamos si la persona está viva o muerta, si está muerta te vas rápido, si está viva te lo cargas rápido: no duramos mucho (en la escena del crimen)”, comentó el coordinador.
David comentó: “El herido no puede ser trasladado del lugar si no se segura que irán dos unidades de la Policía resguardándonos, uno atrás y otro adelante, que nos abra paso”.
La vocera de la Secretaría de Salud del Estado, Linda Sepúlveda, comentó que el protocolo que tienen los paramédicos de URGE, es que siempre tienen que ir escoltados por una patrulla cuando se trate de heridos de bala. Dijo desconocer las otras indicaciones que deben de seguir para resguardar su seguridad al brindar los primeros auxilios a los lesionados.
Fernando Motta Allen, director de Protección Civil del Municipio, comentó que al momento de atender a personas tienen que estar acompañados de una unidad de seguridad pública: “por lo menos una unidad”, dijo Motta Allen.
Los protocolos de seguridad, se basan en ser acompañados. Sin embargo, los tres paramédicos que fueron interceptados el fin de semana, no iban acompañados por ninguna patrulla de Policía.
Juan, comentó durante el auge de la ola de violencia en Ciudad Juárez, les hacían “cola” (los seguían) y amenazaban por la frecuencia a sus compañeros, a veces nos dejaban de seguir cuando veían a los policías. La historia del domingo se unió a ésta y otras anécdotas que reflejan los riesgos de ser paramédico en un lugar donde auxiliar a un herido de bala, puede generar el acecho de los integrantes del crimen organizado.

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