Local

Cumple 20 años sin saber si los restos que le dieron eran de su hija

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2015-08-10

A 20 años de la desaparición de su hija Olga Alicia Carrillo Pérez, entonces de 18 años, su madre Irma Pérez no tiene la certeza de que los restos que sepultó años atrás pertenezcan a la joven desaparecida un 10 de agosto del 1995.
“Nunca le hicieron los estudios de ADN suficientes y en ese entonces tampoco me permitieron exhumar los restos porque eso habría demostrado que la entonces Procuraduría se equivocó al acusar al egipcio Omar Latif Shafir Sharif ”, dice la madre que ayer acudió a la explanada de la Fiscalía General del Estado a retocar la pintura de color rosa que años atrás colocó en memoria de Olga Alicia.
“Ya son 20 años… ha sido un peregrinar, ha sido muy difícil, este dolor no se quita, ya no hay nada para mí, participo con las madres de las mujeres desaparecidas y ahí estoy, pero mi dolor nunca desaparece. Hay mucho dolor y les pido a todas las mujeres que no encuentran a sus hijas que no quiten el dedo del renglón, que exijan cateos, que abran casas, bares, negocios”, recomienda la mujer vestida con una blusa blanca.
Frente a la cruz metálica, la mujer habla de la impotencia que siente al no alcanzar un poco de justicia. Pues en los dos juicios celebrados contra presuntos homicidas, el caso de su hija no ha llegado ante el juzgador, pese a las evidencias que ella aportó.
La madre sostiene su acusanción contra Manuel Vital, quien recientemente fue sentenciado a 697 años de cárcel por el delito de homicidio y trata en perjuicio de once mujeres localizadas en el Arroyo El Navajo.
La madre dice que si este hombre hubiera sido arrestado, tal vez se hubieran evitado otras muertes. 
El archivo periodístico establece que Olga Alicia Carrillo Pérez fue privada de su libertad el 10 de agosto de l995 y fue localizada muerta el 9 de septiembre de ese mismo año en lote baldío conocido como Lote Bravo, cercano al aeropuerto de Ciudad Juárez.
Olga Alicia fue una de las mujeres relacionadas con los asesinatos de Lote Bravo que la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) atribuyó al egipcio Omar Latif Sharif Sharif internado por primera vez en el Cereso un 3 de octubre de 1995, cuando fue acusado de violar a una mujer.
Sin embargo, Sharif Sharif sólo fue implicado en la muerte de Silvia Elena Rivera Morales desaparecida el 7 de junio de 1994 y Elizabeth Castro García, por la que recibió 20 años de prisión en la ciudad de Chihuahua.
El cadáver de Silvia Elena Rivera Morales, de 16 años de edad, fue encontrado en Lote Bravo el 3 de septiembre de 1995 y fue vista un día antes a las 23:00 horas junto con Olga Alicia Carrillo Pérez en la barra del centro nocturno Noa Noa, pero no hubo una acusación formal por su crimen.
En ese entonces Alicia Pérez pidió que los restos de su hija fueran sometidos a un examen de AND y supuestamente éstos fueron practicados, sin embargo, debido a las irregularidades en las investigaciones realizadas por la autoridad estatal, la madre ahora duda que los restos que lloró y sepultó sean de su hija.
Víctima de una embolia a causa del estrés por la ausencia de su hija, del uso de fármacos para poder dormir unas cuantas horas, Irma Pérez dice que se “perdió” por años, pero ahora está dispuesta a luchar porque su hija tenga acceso a la justicia.
“Yo se los dije mucho antes. A mi hija se la llevó Manuel ‘El Meny’ Vital Anguiano quien le consiguió trabajo a mi hija con un despacho de abogados. Él la acosaba. La última vez que llamó a la casa mi hija me pidió que yo contestara el teléfono y le dije muchas cosas feas para que dejara de molestar a mi niña, luego de esa llamada ella desapareció al cuarto día”, afirma Alicia Pérez.
En el juicio oral 267/14 el investigador Adán Herrera Hernández dijo que Manuel Vital Anguiano tenía un puesto de dulces que al parecer utilizó como gancho para ofrecer empleo a diversas víctimas, su negocio estaba a una cuadra de Estación Delicias y muy cerca de la casa de Olga Alicia.
En ese radio menor a 500 metros desaparecieron cinco mujeres. Sin embargo, hasta en el año 2011 se estableció que esos secuestros tienen una conexión con Manuel Vital Anguiano y José Gerardo Puentes Alba apodado “El Gera”.
Olga Alicia Carrillo Pérez fue vista por última vez junto a Manuel Vital Anguiano luego de que fue a buscar empleo a un despacho de abogados.
“De acuerdo a la información que consta en esos expedientes es el señor Manuel Vital Anguiano fue citado a comparecer ante el Ministerio Público de la Unidad de Homicidios de Mujeres por este caso (Olga Carrillo Pérez) y no se encontró nada y salió el señor”, afirmó Herrera.
“La autoridad se burló de nosotras como madres, no hay seriedad en las investigaciones, no se puede confiar en ellos”, dice la madre que durante el juicio oral confrontó al asesino de 11 mujeres.
“¿Qué hiciste con mi hija? ¿Por qué?”, gritó la mujer y con voz baja Vital le trató de responder, pero un agente procesal le ordenó a Manuel Vital que guardara silencio al tiempo que le tocaba el hombro.
“Si no fuiste tú, ¿qué hiciste? Habla. ¿Me la mataron?, ¿me la vendieron?.. Pero todo se paga y tenía que llegar el día. Siempre pensé pero han de caer, Dios me ha de dar vida para saber qué paso”, expresó con firmeza al continuar viendo de frente a Vital quien tampoco bajó la vista, según una nota de El Diario.
“Todos tenemos derecho a saber qué pasó, a tener justicia, pero eso parece que no existe”, dice la también activista social.

X