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Reciclaje de llantas, ya rueda en Juárez

Martín Orquiz
El Diario

2014-08-17

Esparcidas sobre los grandes terrenos baldíos que se extienden al sur de la ciudad, justo en la intersección de la avenida Miguel de la Madrid y el bulevar Independencia, cientos de llantas en desuso dan la apariencia de lunares negros que resaltan entre el color amarillo-anaranjado de la arena.
A lo largo de la arteria que conecta el sur con el norte de la ciudad, se observan los neumáticos depositados en grupo o en solitario a pesar de que no ha sido abierta al tránsito, pero las brechas formadas por los pesados camiones de volteo que participan en la construcción son aprovechados para dejar de pasadita la basura de caucho.
El problema para los fronterizos es que escenarios similares se extienden por toda la ciudad, donde en la actualidad se produce un millón de neumáticos de desecho al año.
En un momento dado esa basura automotriz llegó a constituirse como un grave problema de contaminación y de riesgo ante la posibilidad de que se quemaran millones de llantas que permanecían en el centro de acopio.
A principios de la década pasada, la ciudad enfrentaba un grave problema ambiental y de salud, además de un elevado riesgo para la seguridad de sus habitantes, porque el centro de confinamiento de llantas usadas –sobre la carretera Panamericana en la salida sur– acumulaba 15 millones de unidades de desecho.
Un incendio en ese sitio hubiera tenido consecuencias desastrosas, por lo que las autoridades locales, en conjunto con particulares, buscaron durante al menos cinco años soluciones para darle un destino final a ese material altamente contaminante y peligroso.
Uno de los remedios más efectivos para deshacerse de esos neumáticos de desecho fue aprovecharlos como combustible para una empresa cementera que desde hace diez años ha dispuesto de millones de llantas inservibles.
Pero también otra empresa las ha convertido en material de reciclaje para utilizar el producto final en la construcción y en otros ramos de la industria, en tanto que una joven empresaria se prepara para exportar las gomas en desuso hacia otros países.
Mediante estas estrategias, el gran cúmulo de llantas fue disminuyendo hasta llegar a una existencia actual de aproximadamente 300 mil en el centro de confinamiento, de acuerdo con información oficial.
El Grupo Cementos de Chihuahua y la empresa Neohabitat –y dentro de poco la empresaria Blanca Denisse Segura Rodríguez– son quienes han ayudado a la ciudad a deshacerse poco a poco de este grave problema, puesto que en esta frontera se genera un millón de llantas de desecho cada año según autoridades locales, más otro número similar que permanece en sitios como yonques.
Una cantidad considerable de esos neumáticos acaba en las calles, terrenos baldíos y zonas periféricas de la mancha urbana, y se vuelve un problema ambiental, visual y de salud, indicaron funcionarios públicos y personas involucradas en la disposición final de las llantas.
Mientras que el Gobierno municipal trabaja para terminar con la acumulación de este material, al que califican como peligroso y contaminante, instancias civiles y comerciales ven una veta de recursos aprovechables en esos neumáticos que no paran de rodar por Ciudad Juárez.

Neumáticos como
combustible
Fue en 1998, recuerda Gustavo Núñez Casas, soporte técnico de la planta Juárez-Samalayuca del Grupo Cementos de Chihuahua (GCC), cuando las autoridades municipales comenzaron a acercarse a la empresa en busca de apoyo para deshacerse de los neumáticos, al visualizar el crecimiento de las unidades en desuso.
Desde entonces, agrega, comenzaron los esfuerzos en esa dirección, pero fue un camino largo y nada fácil.
De 2002 a 2004 se realizaron foros y talleres a nivel internacional para tratar de encontrar los mejores métodos o alternativas para el procesamiento de las llantas, al tiempo que se realizaron pruebas tanto con pedazos como con unidades enteras, de las que se obtuvieron resultados muy buenos.
Luego de realizar mediciones y verificar un sinnúmero de variables, junto con diferentes sectores de la sociedad y de los tres niveles de Gobierno, se validó el procesamiento en GCC como una alternativa viable, ya que se estableció que además era seguro para el medio ambiente.
Mientras que entre 2004 y 2005 se utilizaron fondos públicos para transportar las llantas del centro de acopio a la planta de GCC, ubicada 20 kilómetros al sur de la mancha urbana fronteriza, luego la empresa las acercó con su propio equipo.
A través de la experiencia, menciona Núñez Casas, la curva de aprendizaje los ayudó a procesar mejor el material. Así, mientras en 2004 se usaron como combustible para los hornos de la empresa 120 mil unidades, en los años siguientes esa cantidad creció hasta 600 mil (en 2008).
Para 2009 se dispuso de un millón de llantas, al igual que en años subsecuentes hasta que se logró bajar el cúmulo de neumáticos en el centro de confinamiento.
En la actualidad, señala el informante, se procesan de 25 mil a 30 mil por mes, de 300 mil a 360 mil por año, que son las que están llegando al centro de acopio.
Indica que en dado caso de que el número de neumáticos en el Relleno Sanitario se incremente, la empresa puede absorberlas ya que demostró su capacidad en años anteriores.
Desde la perspectiva de GCC, la cultura ecológica de los fronterizos se está acrecentando, aunque lo que hace falta es fomentar las capacidades de la región para manejar residuos y avanzar en materia legal con la creación de un marco que regule la disposición de desechos, no sólo de llantas sino de otros materiales.
Acerca de la problemática que generan los neumáticos tirados en la vía pública, el entrevistado considera que definitivamente sí es un problema que genera riesgos, por ejemplo, de incendio en los acumulamientos.
La existencia de ese tipo de material en el medio ambiente genera contaminación tanto en el aire como en el suelo, sobre todo porque en tiempo de lluvias ayuda a la proliferación de fauna nociva que es capaz de transmitir enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla.
El proceso dentro de la planta para alimentar el horno con las llantas tuvo que desarrollarse a través de los años, hasta llegar a lo que es ahora: una banda de 400 metros que de forma automática lleva el material hasta “la entrada del infierno”, la antesala del horno que alcanza temperaturas de mil 200 as mil 500 grados centígrados, lo que prácticamente deshace el neumático en segundos con un mínimo de emisiones.
Para ejemplificar su dicho, Núñez Casas apunta hacia la chimenea, donde a simple vista no se aprecia ninguna columna de humo.
Se hizo una inversión importante para lograr esta línea, alrededor de 3 millones de dólares, la que seguirá funcionando a pesar de que el acopio de llantas haya bajado en el Relleno Sanitario, ya que la ciudad produce un número importante de unidades de desecho que pueden terminar en ese proceso en lugar de algún lote baldío de la ciudad.

Gomas usadas se convierten en
     material de construcción
El característico olor de la llanta quemada inunda toda la nave de la empresa Neohabitat, ubicada a un lado del Relleno Sanitario en el kilómetro 28.5 de la carretera Panamericana. Ese aroma hasta logra erradicar el fuerte tufo que despiden los lodos de las plantas tratadoras que es depositado también en ese lugar.
El enérgico ruido de las máquinas que con sus navajas destrozan los neumáticos apenas deja escuchar la voz del gerente José Antonio Estupiñán.
Básicamente, explica, lo que se hace en esta empresa es destruir la llanta para sacar sus componentes, entre éstos el caucho, la fibra de nylon y el acero, aunque podrían aprovecharse otros más.
Dice que el proceso se realiza a través de tres molinos, uno corta la llanta en pedazos de 4 a 12 pulgadas (de 10 a 30 centímetros), el segundo deja los trozos en media pulgada (1.25 cm), mientras que el tercero da el acabado final de 0 a 6 milímetros. Ese grano se clasifica en dos tamaños: de 0 a 3 milímetros y de 3 a 6 milímetros.
La mayoría de sus clientes solicitan el caucho, material que es utilizado en la fabricación de canchas de pasto sintético, aunque están analizando otras opciones para comercializar el producto de las llantas en desuso.
Estupiñán recuerda que en junio pasado las instalaciones donde laboraban antes, a unos 200 metros del sitio actual, se incendiaron y perdieron prácticamente todo.
Ahora la empresa se encuentra en fase de arranque de operaciones, por lo que la producción está entre un 30 y un 35 por ciento de lo que se desea obtener.
“Tenemos un convenio con el Municipio desde hace ocho años para apoyarlo a deshacerse del acopio de neumáticos que había en el Relleno Sanitario, así que nos comprometimos a trabajar para bajar esa cantidad de una forma ecológicamente responsable”, expresa.
En esta nueva etapa Neohabitat busca procesar 60 mil llantas mensuales, por ahora están destruyendo entre 700 y 800 al día.
El caucho que se está obteniendo se utiliza en la fabricación de canchas de pasto sintético y sus clientes son, principalmente, del sur del país.
Debido a que el cúmulo de neumáticos de desecho ya no es tan grande, Estupiñán previó que podría darse la escasez del material, por lo que se vislumbra un plan para traerlo de lugares como El Paso, Odessa, Las Cruces y Chaparral e incluso del centro de acopio de la ciudad de Chihuahua.
El director de Limpia Municipal, Héctor Lozoya Ávila, tiene la creencia de que la disposición final de los neumáticos usados debe ser, precisamente, confinamientos que generen más ganancia.
“Desafortunadamente nos falta mucho; por ejemplo aprovechar el desecho en subproductos porque, además del acero, de las figuras que algunos artesanos realizan, se puede hacer más”, afirma.
“Buscaremos que una empresa saque el caucho para fabricar canchas de pasto sintético, vialetones y otros productos que se pueden usar aquí”, agrega.
Otros posibles usos de este tipo de desperdicios podría darse en la impermeabilización de techos, la construcción de muros estructurales y hasta en la pavimentación.
La intención a mediano plazo, subraya, es vaciar el centro de acopio, ya se está en pláticas con representantes de una empresa alemana y otra de Guadalajara para darle un destino final a las llantas.
“Creemos que este año o el próximo el centro de acopio podría convertirse en un parque, ya sin neumáticos”, finaliza.

Producto de exportación
También en la localidad hay personas que buscan darle utilidad a esa gran cantidad de material que se tira en las calles de Ciudad Juárez. Una de ellas es Blanca Denisse Segura Rodríguez, recién egresada de la carrera de Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad Juárez.
Ya echó a andar un proyecto que está en fase de emprendimiento, aterrizando la idea e incluso los primeros permisos ya están listos, pero le faltan todavía algunos.
Su empresa recolectará neumáticos de desecho para exportarlos a otro país, principalmente a alguno asiático, donde se está “moviendo” ese mercado.
“El plan es recolectarlas desde la vía pública, hablando con asociaciones de yonqueros o de donde podamos obtenerlas, ya estamos en pláticas con el Municipio para que nos donen o vendan parte de sus llantas”, explica la naciente empresaria.
Desde su perspectiva, las llantas tiradas representan un nicho de oportunidad, además la recolección ayudará a aminorar la contaminación en la ciudad.
“La cultura ahora es de mejorar la ecología, es una oportunidad de negocio que vi y estamos tratando de sacarle el mejor provecho para mejorar las condiciones ecológicas y a la vez hacer negocio”, expresa con seguridad.
Considera que es importante que no haya este tipo de desperdicio en la vía pública por el fuerte impacto ambiental que provoca, su presencia es dañina tanto para el ecosistema como para la generación de plagas porque las atrae.
Para mejorar el ambiente, indica, es importante empezar por algo. Hacerlo con las llantas es un buen inicio.
Aunque existen otras empresas que están usando el neumático de desecho como materia prima, Segura Rodríguez señala que hay material para todos, sobre todo tomando en cuenta la existencia del tiradero en el Relleno Sanitario.
“En la vía pública vemos llantas tiradas por donde quiera, hay que buscar porque no es una tarea tan fácil, pero sí hay para todos”, asienta.
Acerca de la cultura ecológica de los fronterizos, la entrevistada tiene la idea de que los mexicanos son unidos, así que cuando alguien comienza algo otros se le unen, eso espera que ocurra con la disposición final de llantas viejas.
“Es algo que a todos nos va a beneficiar, pidiendo ayuda a la gente se comienzan a sumar esfuerzos”, asegura.
Al menos ella espera retirar de la vía pública unos 40 mil neumáticos mensuales a partir de finales de este año o inicios de 2015.

Intercambio de llantas viejas por cemento
Uno de los programas ya activos que más ha impactado en este rubro, es el canje de llantas en desuso por sacos de cemento, los cuales llegan tanto a comunidades escolares como a personas de recursos económicos limitados, dice el director de Limpia Municipal, Héctor Lozoya Ávila.
“Ha sido un programa de mucho beneficio porque nos retiran las llantas de las calles, nos quitan los focos de infección y más ahora en tiempo de lluvias y calor, además se benefician, es un programa de ganar y ganar”, añade.
La mecánica es que por 25 llantas viejas que entreguen se les otorga un saco de cemento, los que son usados en canchas deportivas, gradas y hasta salones, mientras que la gente construye o amplía sus viviendas.
La estrategia continuará hasta que la aportación de los empresarios participantes dure, pero todavía no hay fecha para terminarla.
Hasta julio se tenía un aproximado de 500 sacos de cemento –de 50 kilos– entregados, lo que implica el retiro de 12 mil 500 llantas en 10 meses.
El programa lleva meses trabajando, aunque no se le ha dado mayor promoción porque no habría la capacidad para entregar una mayor cantidad de material, dice.

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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