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Marisela, Rubí, Sergio... Historia trágica que dio vuelta al mundo

Blanca Elizabeth Carmona
El Diario

2012-11-22

En abril del 2010, Marisela Escobedo Ortiz salió a la luz pública para exigir la pena máxima contra Sergio Rafael Barraza Bocanegra, por el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre, de 16 años, cuyo cadáver fue calcinado y tirado a un basurero.
“Encontrar de mi hija dos, tres huesitos calcinados, y saber que el resto se lo comieron los perros, no es grato para nadie… Si una pérdida es dolorosa, de esa manera lo es más”, dijo Marisela el 19 de abril de 2010, a unos días de que Barraza fuera presentado ante un Tribunal de Juicio Oral como el presunto responsable, a la postre lo declararía inocente.
En la caminata de aquél día, la madre llevaba un letrero atado en la espalda en donde se lee “Sergio R. Barraza. 25 años. Asesino. Pena máxima”. Aquella sería la primera de las múltiples acciones emprendidas por Marisela –enfermera de profesión– hasta que en diciembre de 2010 fue asesinada afuera del Palacio de Gobierno en la ciudad de Chihuahua, mientras realizaba un plantón en busca de justicia.
Desde agosto de 2008 comenzó el sufrimiento de Marisela tras el extravío de Rubí. El 28 de septiembre la adolescente fue reportada como desaparecida, luego se realizaron varios rastreos.
El 20 de abril de 2009, la madre de Rubí Marisol Frayre ofreció una recompensa de mil 500 dólares a quien proporcionara información que permitiera dar con el paradero de Sergio Rafael Barraza Bocanegra, de quien sospechaba que era el responsable del asesinato de su hija y de retener ilegalmente a su nieta.
Barraza fue localizado el miércoles 16 de junio de 2009 en Fresnillo, Zacatecas, y con la colaboración de la Procuraduría de aquella entidad, fue arrestado en una casa ubicada en el Callejón de la Golondrina número 1. Al día siguiente, el sospechoso fue trasladado vía aérea a Ciudad Juárez y la niña fue entregada a la abuela materna.
El 26 de abril de 2010 inicio el juicio contra Sergio Rafael y tres días después, por unanimidad el Tribunal lo declaró inocente. Eso provocó que Escobedo Ortiz saltara de su lugar junto a dos agentes del Ministerio Público y aventara a media sala y frente a los jueces un Código Penal del Estado de Chihuahua, al tiempo que emitía gritos desgarradores.
“¡No! ¿Y mi hija, Señor?”, gritó Marisela al conocer la resolución judicial para luego desmayarse y ser asistida por unas amigas que presenciaban la audiencia, pues sus hijos y hermanos también estallaron en llanto y cólera y fueron sacados del recinto oficial.
En esa ocasión, el Tribunal resolvió que la única prueba presentada por el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres era insuficiente, pues se resumía a lo expresado por el propio acusado, ante diversas personas: dos agentes de la Policía Municipal, un agente de la Policía Ministerial Investigadora y a su padrastro, en el sentido de que él había dado muerte a Rubí Marisol al encontrarla con otro hombre.
“Estas manifestaciones no merecen valor probatorio suficiente para por sí solas demostrar el hecho, pues la testigo Marisela Escobedo Ortiz dijo que el acusado tenía fama de no decir la verdad y alardear. Además, no coincide con lo que el menor Ángel Gabriel Valles Maciel afirmó, que oyó decir al acusado, en los últimos días de agosto de 2008, sobre que había matado a su pareja y a otra persona, pero con disparos de pistola.
Por ende, la única prueba en este sentido se encuentra en contradicción con otra de la misma fuente, lo que nos permite asegurar que, al menos en una de las versiones (golpes a la menor o disparos de pistola) el hoy acusado mintió, y al ignorarse en cuál de ellas lo hizo, no puede tenerse por verdadera ninguna de las versiones”, citó el juez redactor, Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez.
A partir de esto la lucha de Marisela Escobedo se redoblaría. Con marchas, recolección de firmas, y la búsqueda que emprendió con sus familiares en el estado de Zacatecas, distribuyendo pesquisas en varios estados de la República Mexicana, protestas en la Ciudad de México y reuniones con activistas y grupos sociales, entre otras acciones.
El 20 de mayo de 2010, también por unanimidad, magistrados del Tribunal de Casación (o apelación) declararon a Sergio Rafael Barraza Bocanegra culpable del asesinato de la menor Rubí Marisol y ordenaron que se constituyera un Tribunal de Juicio Oral diferente al que el 29 de abril lo exoneró.
Esto dio paso a que cuatro días después se le impusiera en ausencia a Sergio Rafael una condena de 50 años de cárcel y con ello reinició su búsqueda. Para reaprehenderlo se ofreció una millonaria recompensa que inició con una bolsa de 100 mil pesos y llegó a 5 millones.
El 18 de diciembre de 2010, el Supremo Tribunal de Justicia del Estado suspendió a los jueces que declararon inocente a Sergio Rafael: Catalina Ochoa Contreras, Rafael Boudid Jurado y Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez y quienes a la postre presentaron sus renuncias y con ello evitaron un juicio político.
Dos días antes de la suspensión, Marisela Escobedo Ortiz fue asesinada de un disparo en la cabeza con una pistola 9 milímetros. Los últimos nueve días, Escobedo los pasó frente al Palacio de Gobierno en la ciudad de Chihuahua, donde mantenía un plantón para exigir a las autoridades estatales que atraparan a Barraza Bocanegra.
El 18 de diciembre un comando armado quemó una maderería propiedad del ex esposo de Marisela, José Monge Amparán y “levantaron” al hermano, Manuel Monge Amparán.
El 7 de octubre del 2012, la Fiscalía General del Estado zona Norte presentó a José Enrique Jiménez Zavala, alias “El Wicked”, líder operativo de “Los Aztecas” como autor material del asesinato de Marisela Escobedo.
En esa fecha, en conferencia de prensa, el gobernador del Estado, César Duarte Jáquez, dijo que “El Wicked” recibió la orden de asesinar a Escobedo luego de que ella acudió a Zacatecas a buscar Barraza. La orden la habría recibido del ex ministerial Jesús Antonio Rincón Chavero, alias El Tarzán, tercero en la estructura de mando de la organización “La Línea” y quien ya se encuentra detenido en Guadalajara, Jalisco.
De acuerdo con los datos aportados, el homicidio de Marisela era un acuerdo entre las organizaciones “La Línea” y “Los Zetas”, ya que Sergio Barraza andaba en Zacatecas con éste grupo y las acciones de Marisela ya hacían mucho eco en las noticias.
En el mismo mes, la autoridad informó que José Arturo Barrón Rodríguez alias “El Gordo” participó junto con Jiménez Zavala en el homicidio de la activista.
Hoy, los tres protagonistas principales de esta historia que le dio vuelta al mundo: Rubí Marisol, Marisela y Sergio Rafael, se encuentran muertos.

bcarmona@redaccion.
diario.com.mx

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