Internacional

Afronta Bolsonaro sombras de corrupción

Reforma

2018-12-12

Brasilia— Jair Bolsonaro fue refrendado para convertirse en el nuevo presidente de Brasil, pero empezó a sentir el sabor agridulce de lo que le espera.

A 20 días para que tome posesión, los críticos del ultraderechista se preguntan si está capacitado para asumir las riendas de una de las grandes potencias emergentes mientras que el próximo mandatario afronta sospechas de corrupción que empezaron a rondar a su familia.

Todo empezó con la revelación de que, a través de la cuenta bancaria del asesor de su hijo, el senador electo Flavio Bolsonaro, pasaron algo más de 300 mil dólares entre enero de 2016 y enero de 2017, una cifra incompatibles con sus ingresos.

Tal información figuraba en un informe del Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF), y este dinero llegó a salpicar las cuentas de la futura Primera Dama, Michelle.

La trama copó todos los periódicos del fin de semana, pero tanto el Presidente electo como su hijo quisieron esquivarlo: Bolsonaro se limitó a decir a los periodistas que había sido acreedor de préstamos al ex asesor, Fabrício Queiroz. Y Flavio dijo en Twitter que tenía la conciencia tranquila.

El propio vicepresidente, el General en la reserva Hamilton Mourão, se mostró favorable a que se dieran explicaciones más claras sobre el episodio del préstamo.

"El ex chófer, al que conozco como Queiroz, tiene que decir de dónde salió ese dinero. El COAF lo rastrea todo. Algo hay, así que tiene explicar esas transacciones, tiene que decirlo", dijo al portal G1.

Después de una campaña marcada por la corrupción del Partido de los Trabajadores (PT) y, en específico, el ex Mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, cualquier señal de humo preocupa, y mucho.

En cualquier caso, el ultraderechista tiene capital político de sobra y un apoyo poderoso de los militares para seguir su camino, que muchas veces le ha garantizado una cierta distinción a su futuro Gobierno.

Los soldados están en la raíz de la era Bolsonaro -son 7 de sus 22 Ministros- y se han convertido en una suerte de freno institucional para el futuro Ejecutivo, hasta el punto de que para algunos analistas son los que, de facto, van a gobernar.

Sin embargo, la cuestión es si ellos serán los fiadores de los planes del nuevo Gobierno por el enorme signo de interrogación que despierta el nuevo Mandatario.

Cómo pondrá en práctica sus planes de que Brasil gire a la derecha, sin que la economía, el empleo y los derechos sociales previstos en la Constitución se vean perjudicados es una pregunta que se repite en las principales Embajadas de la capital del gigante sudamericano.

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