Associated Press
2018-09-01
Sao Paulo— El izquierdista Partido de los Trabajadores señaló ayer que mantendrá al encarcelado exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva como su candidato a la presidencia pese a que el Tribunal Superior Electoral de Brasil prohibió el viernes su participación en las elecciones del 7 de octubre.
Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo y compañero de fórmula de Lula, dijo a los reporteros que el partido seguirá presionando a fin de lograr que el expresidente de 72 años regrese a las boletas.
“La gente es soberana respecto al candidato del partido. Y ese candidato es Lula”, enfatizó Haddad.
Esta estrategia mantendría a Lula bajo los reflectores hasta el último minuto, quizá ganando un apoyo de sus partidarios que podría luego ser transferido a un suplente, probablemente Haddad, que es mucho menos popular o carismático.
En una sesión que se extendió hasta la madrugada de ayer, los jueces sufragaron 6-1 en contra del alguna vez enormemente popular presidente, que está encarcelado por una condena de corrupción que considera una farsa.
El Partido de los Trabajadores emitió un comunicado en el que afirma que apelará, pero parece haber pocas probabilidades de que tenga éxito.
Los brasileños mostraron opiniones encontradas ayer sobre la decisión del tribunal, que agrega incertidumbre a una contienda en la que ya no hay un claro favorito.
El juez Luis Roberto Barroso del Supremo Tribunal Federal emitió el primer voto contra Lula, diciendo que el fallo fue “muy simple” porque la ley prohíbe la participación de candidatos cuya declaración de culpabilidad ha sido refrendada por una corte de apelaciones.
El juez Edson Fachin no estuvo de acuerdo, y mencionó una exhortación reciente de una comisión de derechos humanos de Naciones Unidas para que se permitiera que Lula se postulara mientras sigue apelando su declaración de culpabilidad.
Lula, exlíder sindical, fue el mandatario de Brasil durante un período de auge de 2003 a 2010, promoviendo políticas sociales que sacaron a millones de personas de la pobreza.
Pero Lula y su partido han perdido mucho de ese atractivo en los últimos años debido a un desplome económico durante el gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora que él eligió, y una amplia pesquisa anticorrupción en la que se han visto involucrados muchos altos empresarios y políticos, incluido el mismo Lula.