El Diario de Juárez
2018-03-27Un médico mexicano salva vidas de personas de otras culturas y países, sin importar su origen étnico ni su credo.
Samuel Tobías, neurocirujano, originario de la Ciudad de México, atiende todos los días a heridos de guerra procedentes de Siria que son trasladados al Centro Médico de Galilea en Israel, donde labora, informa la agencia Notimex.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llegó a Israel hace varios años donde conoció a su esposa y participa en el programa “Operación buena voluntad”, a través del cual Israel apoya con infraestructura hospitalaria y medicamentos a heridos sirios que piden ayuda.
"Esta guerra, ya tiene siete años, y nadie ha hecho nada al respecto, lo que nosotros hacemos, es una pequeña gota en un lago de sufrimiento”, señala al relatar lo que viven los heridos de guerra que se acercan a las bases militares israelís a solicitar apoyo y son trasladados a hospitales donde se les atiende.
Israel y Siria tienen una frontera de 83 kilómetros en los altos del Golán, y en esta zona se han visto batallas feroces entre los grupos rebeldes que tratan de tomar el sur de Siria. Se registra el desplazamiento de 6 millones de personas y más de medio millón están en zonas sin acceso a servicio médico.
El Centro Médico de la Galilea de Israel, donde labora desde 2013, se localiza a 9 kilómetros de la frontera con Líbano y a una hora y cuarto con la frontera de Siria y sirve a una población de más de 600 mil personas de la zona, donde laboran especialistas, enfermeras de diferentes religiones drusos, musulmanes, cristianos y judíos.
“Muchos me dicen, Sami por qué te desvives por esos pacientes, si tu estuvieras del otro lado, no te tratarían así, pero la respuesta es 'no estamos allá, estamos aquí y nosotros somos diferentes', quien llega aquí va a recibir todo el tratamiento como si fuera ciudadano israelí, sin importar cuánto dinero se gasta, de qué equipo se dispone, añadió.
Explicó que el servicio que dan se realiza de forma confidencial por un equipo multidisciplanario de médicos que guardan discreción sobre los pacientes para proteger la identidad y evitar que sean asesinados al ser considerados traidores al regresar a su país.
Relata que algunos pacientes han intentado tirarse por la ventana al darse cuenta que están en Israel porque pensaban que serían torturados; sólo en un caso, el paciente con perforación en el cráneo se negó a recibir tratamiento de parte de un judío; sin embargo, esta forma de pensar ha cambiado de manera paulatina.
Agregó que a la fecha, más de 2 mil sirios han recibido tratamiento bajo secreto en el servicio de emergencia, 85 por ciento de las lesiones que atienden son relacionadas con la guerra y el resto por accidentes de tráfico, caídas, tumores y otros.
@