Internacional

'Subestima EU capacidad nuclear de Norcorea'

New York Times News Services

2018-01-06

Nueva York— Al comienzo de la presidencia de Donald Trump, las agencias de inteligencia estadounidenses dijeron a la nueva administración que aunque Corea del Norte había construido una bomba, todavía quedaba mucho tiempo, más de cuatro años, para frenar o detener su desarrollo de un misil capaz de alcanzar una ciudad estadounidense con una ojiva nuclear
El líder del Norte, Kim Jong Un, se enfrentó a una serie de problemas, le aseguraron a la nueva administración, dando tiempo a Trump para explorar negociaciones o buscar contramedidas.
Un funcionario que participó en las primeras revisiones de políticas dijo que las estimaciones sugerían que Kim no podría atacar el territorio estadounidense hasta 2020, quizás incluso 2022.
Kim probó ocho misiles de rango intermedio en 2016, pero siete estallaron en la plataforma o se rompieron en vuelo, lo que algunos funcionarios atribuyeron en parte a un programa de sabotaje de los EU acelerado por el presidente Barack Obama.
Y mientras que el Norte había llevado a cabo cinco pruebas atómicas subterráneas, la comunidad de inteligencia estimó que aún le faltaban años para desarrollar un tipo de arma más poderosa conocida como bomba de hidrógeno.
En cuestión de meses, esas reconfortantes evaluaciones parecían descabelladas.
A una velocidad que sorprendió a los oficiales de inteligencia estadounidenses, Kim lanzó una nueva tecnología de misiles y en rápida sucesión demostró rangos que podrían llegar a Guam, luego a la costa oeste y luego a Washington.
Y el primer domingo de septiembre, detonó una sexta bomba nuclear. Tras una temprana vacilación entre los analistas, se llegó al consenso de que era la primera prueba exitosa del Norte de un arma de hidrógeno, con una fuerza explosiva unas 15 veces mayor que la bomba atómica que arrasó Hiroshima.
La CIA y otros servicios de inteligencia de Estados Unidos habían predicho que este momento llegaría, eventualmente.
Durante décadas, proyectaron con precisión la amplia trayectoria del programa nuclear de Corea del Norte. Sin embargo, su incapacidad de prever los rápidos avances del Norte en los últimos meses se encuentra entre las fallas de inteligencia más significativas de los Estados Unidos, dijeron funcionarios actuales y anteriores en entrevistas recientes.
Esa desconexión –ellos lo vieron venir, pero entendieron mal el momento– ayuda a explicar la confusión, las señales mixtas y la alarma que han definido cómo el equipo de seguridad nacional no probado de Trump ha respondido a la crisis nuclear.
En una entrevista, el teniente general H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional de Trump, reconoció que la carrera de Kim hacia la línea de llegada “ha sido más rápida y la línea de tiempo está mucho más comprimida de lo que creía la mayoría de la gente”.
Como resultado, argumentó, “tenemos que hacer todo lo que estamos haciendo con un mayor grado de urgencia, y tenemos que acelerar nuestros propios esfuerzos para resolver el problema a falta de conflicto”.

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