Associated Press
2016-03-18
Río de Janeiro— Una corte de apelaciones detuvo en seco un segundo intento por suspender el nombramiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de Gabinete al tiempo que sus partidarios salieron a las calles a respaldar a un Gobierno cercado por una profunda recesión, una crisis sanitaria derivada por un intenso brote del virus del zika y una crisis política.
Lula da Silva tomó juramento el jueves como jefe de Gabinete del Gobierno de su sucesora, la presidente Dilma Rousseff, un cargo que le da al carismático líder la oportunidad de ayudar a bloquear un juicio político que se sigue en contra de la mandataria y que también dificulta las indagaciones que se adelantan en contra del propio expresidente en relación a una amplia investigación por sobornos en la estatal petrolera Petrobras.
Pero en la tarde un juez federal en la ciudad de Assis, en el estado de Sao Paulo, ordenó una tercera suspensión temporal del nombramiento que impide que asuma el puesto.
Partidarios de Lula, uno de los líderes políticos más famosos del mundo y presidente de Brasil de 2003 a 2010, empezaron a reunirse por puñados en diversas ciudades del país, particularmente en el sur industrializado, donde el extrabajador metalúrgico y sindicalista tiene su fortín político.
En Sao Paulo, decenas de miles de personas salieron a la avenida Paulista, frente del museo de arte de la ciudad, vestían camisetas rojas y gorras y entonaban “Lula, el ministro de la esperanza”.
“Lula, Dilma y el Partido de los Trabajadores son los únicos que han ayudado a los pobres, nos dieron acceso a una mejor educación, empleo y atención sanitaria”, dijo Ronaldo Carlos un guardia de seguridad privada de 35 años mientras agitaba una pancarta roja y blanca que tenía pintado el rostro de Rousseff y la frase “Dilma se queda”.