Internacional

Con peces, insecticidas y mosquitos buscan acabar con zika

AFP

2016-02-09

Playa San Diego, El Salvador — Con peces devoradores de larvas, insecticidas a base de frutas y tubérculos o mosquitos modificados genéticamente, los países de América Latina multiplican sus iniciativas para combatir al Aedes aegypti, transmisor del dengue, la chikunguña y el zika, que atemoriza por sus posibles consecuencias nefastas.
En Playa San Diego, sobre la costa del Pacífico en El Salvador, los pececillos zambos han logrado establecer un control biológico del mosquito. La experiencia, iniciada en 2012, se ha replicado en una veintena de poblados salvadoreños.
“Los zambos son verdaderos guerreros en el combate del zika: se comen todas las larvas en los barriles donde almacenamos el agua”, declara a la AFP Rafael González, de 30 años, un pescador de la localidad ubicada 45 km al sur de San Salvador.

Larvicidas naturales

Muchos años de lucha contra el dengue han dejado en América Latina otras iniciativas que recobran valor ante el reciente brote de zika, del que se sospecha puede producir microcefalia en fetos o derivar en el síndrome neurológico de Guillain Barré.
En Perú, la bióloga Palmira Ventosilla creó en 1992 un insecticida a base de coco, yuca (mandioca), espárrago y papa que destruye las larvas del Aedes aegypti y otros vectores como el Anopheles, que transmite la malaria.
El bacilo que mata las larvas requiere de carbohidratos, cloruro de magnesio, de calcio o de sodio, sacarosa, elementos que pueden encontrarse en el agua de coco, en las infusiones de espárrago, yuca, papa y otros tubérculos. Al mezclar la bacteria con estos líquidos, ésta se reproduce exponencialmente.

Mosquitos modificados

En Colombia se desarrolló un programa para liberar mosquitos transmisores con la bacteria Wolbachia que anula la capacidad de transmitir enfermedades, un proyecto a cargo del investigador Iván Darío Vélez, director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia.
Iniciativas similares se han probado en Brasil y Panamá con mosquitos machos alterados genéticamente para que, al aparearse con las hembras, su descendencia muera en estado larvario.

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