Miguel Silva
El Diario
Chihuahua– El obispo Martín Dávila Gándara acusó a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Chihuahua de ser “unos simples laicos, herejes y cismáticos”. Dávila Gándara señaló además que los religiosos ordenados de la Iglesia Conciliar a la que pertenece el papa Francisco no son “verdaderos obispos”, ni cuentan con autoridad para llevar a cabo los sacramentos.
Las declaraciones surgieron luego de que el vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua, Gustavo Enrique Sánchez Prieto, advirtió sobre presuntas actividades irregulares de sacerdotes ajenos a la Iglesia Católica que ofrecían el sacramento de bautismos.
Dávila Gándara consideró que los sacerdotes de la Iglesia Conciliar han modificado sustancialmente el rito de las misas hasta transformarlos en “no católicos e inválidos, llenos de errores y falsificaciones”.
“Ellos (la Arquidiócesis de Chihuahua) carecen de validez y otros llegan a la ilicitud, llevando en muchos de los casos a graves pecados de sacrilegio, tanto de quien los administra como de quien los recibe”, dijo el obispo Dávila Gándara. “Gustavo Sánchez Prieto pasa deliberadamente por alto que su nueva religión, surgida en los años sesentas, es encabezada por un gran hereje, blasfemo y defensor del homosexualismo, de los curas pederastas y los divorciados adúlteros; Jorge Mario Bergoglio (papa Francisco)”, señaló.
Sánchez Prieto, también conocido como padre Negris, afirmó que aunque los bautizos realizados por ministros de iglesias como la anglicana, lefebvrista y ortodoxa sean ilícitas, esto no los convierte en inválidos por decreto de la misma Arquidiócesis local.
Sin embargo, el obispo Dávila protestó que la misma Iglesia Conciliar siempre ha reconocido como válidos los sacramentos celebrados y administrados por sacerdotes y obispos que rechazaron las reformas del Concilio Vaticano Segundo, hecho que, según el padre Negris, los separa de la religión católica romana.