Estado

¿Se los tragó la tierra?

Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua

2018-08-07

Chihuahua.- El próximo 11 de agosto Erik Alberto Esparza Muñoz cumplirá 21 años, sin embargo, en su casa ese día no habrá fiesta ni música para celebrar, sólo el llanto y la desesperación creciente de una madre que no tiene indicios del paradero de su hijo.

Erik desapareció en Parral el pasado 2 de abril de 2018. Se esfumó, así nada más, sin dejar rastro, como si la tierra se lo hubiera tragado y en su lugar sólo dejó dolor, desinterés oficial, rumores y un posible secreto a voces: el joven podría haber sido captado por el crimen organizado y trasladado a la sierra para trabajar, “como lo hacen con muchos”.

Así se lo han dicho a Paloma, su madre, cuya vida ha dado un giro de 180 grados a raíz de la ausencia de su único hijo. De vender empanadas y leche en Villa Matamoros para sobrevivir pasó a enfrentarse con la burocracia, a las visitas a la Fiscalía, práctica de pruebas genéticas, pega de pesquisas y búsqueda imparable. Se convirtió en objeto de vigilancia secreta y hasta de amenazas.

“Cuando andaba en la calle pegando su foto, un carro me seguía constantemente. Después alguien me dijo que ya no hiciera borlote porque a él le podía ir peor, por eso no he ido a Parral a poner más fotos”, dice, y asegura que a pesar de eso seguirá buscando a Erik hasta encontrarlo.

El “ahí estamos en eso” que le dice el agente investigador encargado del caso cada vez que pregunta por un posible avance, no le sirve de nada a Paloma cuya vida, dice, se ha convertido en una mancha gris que cada día se oscurece más.

“Mis días son grises, ya nada tiene color, nada es lo mismo. Todo cambia. El policía ministerial con el que hablamos da la misma respuesta siempre: ahí estamos. Quedó en ayudarnos pero yo lo veo raro. En un principio nos dijo que no había nomás que dos opciones: que hubiera tenido problemas por 'la morra' o que se lo hubieran llevado a la sierra”, narra Paloma y luego calla porque las palabras son desplazadas por el llanto.

Su cuerpo y su mente ya no son los mismos. En los cuatro meses de ausencia de Erik Alberto ha perdido más de 20 kilos de peso, está mal de los nervios, tiene alucinaciones donde cree ver a su hijo, ha quemado toda su ropa y se arranca el cabello.

“No hallo qué hacer, me mantengo dormida. Me he peleado con mi esposo porque él no comprende lo que siento. Ha venido mi mamá y mis hermanos pero yo sólo quiero a mi hijo. Ahorita quisiera ir a donde sea que tuvieran a mi niño, que me lo regresen, como sea pero que me lo devuelvan. Si le hicieron algo pues ya lo hicieron, sólo quisiera que volviera con su familia, a su casa”, clama y su voz hace eco en una región donde las desapariciones se han vuelto “el pan de cada día” y los jóvenes son el objetivo principal.

La historia

Erik Alberto Estrada Muñoz salió de Camargo el lunes 6 de abril de 2018 entre las 6 y 7 de la tarde. Había estado en el balneario “Ojo Caliente” con sus primos durante los últimos días de la Semana Santa.

A la una de la mañana con 6 minutos del 2 de abril, según quedó archivado en su teléfono celular, habló por última vez con su tía –de Camargo- a quien le dijo que había llegado a Parral y que estaba con una muchacha. Le explicó que se le había hecho tarde para irse de Parral a Villa Matamoros pero, estaba bien. A partir de allí, su paradero se convirtió en un misterio. Nunca llegó a Matamoros. Según su madre, Erik no tenía problemas con nadie y nunca se había ausentado de su casa sin avisar. Fue a Camargo a divertirse con sus primos como lo hacía de manera normal pero no tenía otras amistades.

En Camargo también, había estado estudiando en el CBTIS y pertenecía al equipo de fútbol americano. Abandonó la escuela porque su padre le dijo que le ofrecieron un trabajo en Parral y fue allí donde se tuvo su último contacto.

“Desaparecido por equivocación”, es una hipótesis que surgió con el paso de los días, igual que los falsos reportes de haberlo visto en un auto lavado o los rumores relacionados con sus preferencias sexuales.

Después de la denuncia interpuesta por la familia, la policía investigadora les entregó el chip del teléfono en donde, según sus allegados, no había nada de mayor relevancia.

De acuerdo con la familia, la policía cibernética nunca rastreó el teléfono del joven, sólo les entregaron un listado de más de 100 números obtenidos de la compañía de teléfonos.

“He llamado a todos esos números y nadie contesta. Mi hijo sólo hablaba con familiares y algunos amigos de Camargo que estuvieron juntos cuando él estuvo allí. No había nada raro”, dice la madre.

-Alondra Nolasco y Blas Godínez, ¿estatus? “ausentes”

-Casos emblemáticos y sin resultados

Entre los cientos de desaparecidos en Chihuahua, hay dos casos emblemáticos que hasta la fecha siguen sin resolverse: Alondra María Nolasco Corpus y Blas Juan Godínez. La primera, una niña de 10 años de edad que desapareció la madrugada del 18 de septiembre de 2017. Fue sustraída de su vivienda ubicada en la colonia Vistas del Norte al norte de la ciudad de Chihuahua.

Búsquedas, rastreos, marchas, cateos, la existencia de un presunto responsable en calidad de fugitivo y hasta el hallazgo de supuestos restos humanos calcinados en una vivienda, han sido inútiles para desentrañar el misterio de su paradero. A casi un año de su ausencia, nadie sabe dónde está Alondra ni el presunto plagiario. La familia no sabe nada, no puede hacer nada, la autoridad parece que tampoco.

La situación se replica en el caso del médico Blas Juan Godínez, quien fue “levantado” por grupos criminales en Gómez Farías el 8 de noviembre de 2017, aparentemente secuestrado para atender a integrantes del crimen organizado que estuvieran heridos. La otra hipótesis que en su momento se manejó, fue una represalia por atender en su consultorio a policías estatales, también heridos en algunos enfrentamientos.

Familiares del médico aseguran que iban directamente por él el día que se lo llevaron, cruzaron su consultorio privado, el pasillo que conecta con su casa, dispararon contra todo el lugar, hurtaron medicamentos y huyeron. El 8 de agosto se cumplen 9 meses de su desaparición y el estatus sigue siendo el mismo: ausente.

-Las desapariciones en la zona sur son un “secreto a voces”: ciudadanos

La desaparición de jóvenes (mujeres y hombres) en Parral y la región, se ha convertido en una constante ya que tan sólo en los primeros cinco meses del 2018, se tuvieron 28 reportes de desaparición de mujeres y por lo menos cinco hombres. Sin embargo, hay casos de desapariciones previas que no han sido resueltas.

De acuerdo con habitantes de esta zona de la entidad, todos los días desaparece alguien particularmente si es hombre y es joven. La autoridad sólo calla, aseguran.

“Nadie dice nada pero todos los días se desaparece gente en Parral o en los municipios cercanos. Muchos jóvenes varones pero la policía no hace nada. Es alarmante el número de personas que un día cualquiera se esfuman y es como si nunca hubieran existido. Se han llevado chavos de 17 años de la banqueta de su casa, en un momento están allí y al siguiente, desaparecen; hasta al padre de la iglesia le desaparecieron un sobrino. Dicen que todo esto puede estar ligado al narco que se los llevan a trabajar al campo”, señalan los ciudadanos que prefieren no decir su nombre para evitar ser identificados y convertirse en víctimas también.

“Ya nadie está seguro. Los niños y jóvenes están siendo raptados y desaparecidos, y los adultos como ya no sirve uno mucho, si no está de acuerdo con los ilícitos, los matan”, manifiestan en voz baja, con cautela y preocupación que se refleja en las miradas esquivas y alertas.

El pasado 28 de mayo, en Parral, se reportó la ausencia de tres mujeres (Mayra, Sigrid y Merari), de entre 18 y 22 años. Dos de ellas laboraban como pasantes de enfermería en el Hospital de Ginecobstetricia de Parral, mientras que la tercera desaparecida tenía alrededor de un mes de haberse relacionado con las primeras.

Mayra Mendoza y Merari Muñoz, forman parte de las 28 féminas que oficialmente han sido reportadas como ausentes ante la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM),  sin embargo, el caso de Sigrid no se encuentra en este grupo debido a que –de acuerdo con esa dependencia- el reporte se interpuso directamente en la Fiscalía de Distrito.

La Fiscalía Zona Sur por su parte, informó que dicha decisión fue tomada debido a que el caso de la joven fue reportado como privación ilegal de la libertad y no como desaparición.

A pesar de ello, con diferencias en términos, unidades de búsqueda o tipo de delito, las tres jóvenes continúan desaparecidas. No hay rastro de ellas, excepto los mensajes que circulan en algunos grupos de whastapp señalando que los criminales han dejado saber que “ya ni las busquen”.

Lo mismo sucede con Yesica Duarte Molina, de 18 años y Soledad Reyes Espinoza de 23, quienes son originarias de Allende, y desaparecieron el 20 de noviembre de 2017 en Villa Matamoros a sólo 26.4 kilómetros de Parral.

El 28 de enero de 2018, una menor de 13 años de edad fue reportada como desaparecida, y aunque fue localizada una semana después en un motel de Parral, se encontraba en compañía de cuatro adultos que la drogaron, alcoholizaron y retuvieron para abusar de ella, según informó la Fiscalía General del estado.

Un año antes, en enero de 2017, Esmeralda Rentería de 17 años fue reportada como desaparecida luego de que saliera de su casa rumbo al Colegio de Bachilleres y no se supiera más de su  paradero.

Según la FEM, de las 28 mujeres reportadas como ausentes en el 2018, 25 han sido localizadas, dos permanecen desaparecidas y una más, ha mantenido contacto con su familia pero no ha sido posible ubicarla.

“La mayoría ha sido localizada en la primera fase a partir del reporte de desaparición. Son mujeres jóvenes y algunas de ellas menores de edad sin que hasta el momento, en esta ciudad en particular, se hayan registrado casos de niñas”, aseguró.

Por lo menos 20 desaparecidos del 2015 a la fecha

Los hombres jóvenes tampoco se han salvado de ser víctimas de desaparición, tal es el caso de Víctor V. de 17 años de edad, reportado como desaparecido desde el pasado 5 de junio, luego de que se trasladara de la ciudad de Jiménez al ejido Zaragoza. El menor era amigo de Zaira Herrera, de 14 años de edad, adolescente asesinada el 11 de mayo de este año, cuando sicarios se enfrentaron en la carretera Jiménez-Villa López y ella fue víctima del fuego cruzado.

La desaparición de Víctor Valadez se suma a la de Oswaldo –quien desapareció junto a Mayra, Sigrid  y Merari el 28 de mayo- y a la de Julio César Z. J. de 25 años de edad quien habría sido privado de su libertad la madrugada del miércoles 30 de mayo en la colonia Emiliano Zapata también en Parral.

La lista de víctimas recientes agrega a Alejandro Fernández Villa (16), desaparecido el 6 de marzo en la colonia Almanceña de la misma ciudad y localizado muerto 43 días más tarde en la carretera a Guadalupe y Calvo.

El 25 de noviembre de 2017, en la colonia Tierra y Libertad, desapareció Francisco Javier Gardea Larez de 19 años de edad. El joven salió de su domicilio y no regresó. Alberto Carrillo Meraz salió el 9 de agosto de la ciudad de Chihuahua rumbo a Parral. En el viaje se perdió todo contacto con él. El 13 de junio de ese mismo año, Melchor Soria Arzola fue reportado como ausente.

El 29 octubre 2016, José Enrique Granados Márquez, estudiante de la Facultad de Derecho fue reportado como desaparecido. Según sus allegados, el joven salió de su trabajo a la media noche y dirigió con su grupo de amigas a un antro de la localidad sin embargo ya no regresó a su domicilio.

El 27 de marzo de 2015, un joven de 15 años llamado Irving Alejandro Rodríguez García, fue reportado como ausente sin que hubiese rastro de él. Vivía en la colonia Emiliano Zapata de Parral.

En octubre de 2015 nueve jóvenes de 15 a 29 años, originarios de Parral, desparecieron en la Sierra Tarahumara, luego de que, con engaños, varios de ellos, fueron llevados a trabajar en sembradíos de mariguana al municipio de Guadalupe y Calvo, señalaron familiares de los desaparecidos. La familia de tres hermanos desaparecidos interpuso una denuncia ante las autoridades por desaparición, pero el resto no.

Más de 2 mil personas desaparecidas en Chihuahua: RNPED

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), al corte de abril 2018, en el estado de Chihuahua suman 2 mil 186 personas desaparecidas relacionadas con averiguaciones previas, carpetas de investigación o actas circunstanciadas del fuero común  y suman 25 del fuero federal.

Según la dependencia, sólo en la ciudad de Parral, de 2009 a 2014 se reportaron 67 personas en esa condición. Asimismo, en los municipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Batopilas y Guazapares se reportaron 13 desapariciones mientras que en Cuauhtémoc, Madera,  Guerrero y Parral sumaron 506 personas desaparecidas de 2006 a 2014.

En los últimos 10 años, los reportes por desaparición tan sólo de varones se han multiplicado. Cifras proporcionadas por la Fiscalía establecen que en 2007 se interpusieron 155 denuncias, mientras que el año pasado se contabilizaron mil 374. A lo largo de esa década, 2 mil 282 casos mantienen el estatus de vigente. Los datos proporcionados, con corte al 18 de enero de este año, por la Unidad de Transparencia de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua revelan también que el grueso de esas desapariciones se concentra en el rango de edad, entre 19 y 29 años. Las mujeres desparecidas forman parte de otra lista que podría ser aún mayor.
 

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