Patricia Mayorga/
El Diario
Chihuahua— El Centro de Derechos Humanos de la Mujer (Cedehm) atiende a 109 indígenas desplazados del municipio de Urique, de los que 34 tienen medidas cautelares desde hace un año ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La comunidad de El Manzano, del municipio de Urique, fue desplazada por un grupo del crimen organizado, por lo que el Instituto Chihuahuense de la Mujer impulsó una campaña para recabar ropa y artículos que puedan beneficiar a familias completas.
El 29 de marzo del año pasado huyeron primero 34 integrantes de una familia de aquella comunidad indígena, luego de que un grupo conformado por entre 50 y 60 hombres atacaron el poblado. Ellos solicitaron apoyo a las organizaciones Centro de Derechos Humanos de las Mujeres y Consultoría Técnica Comunitaria para salir del municipio.
Desde hace un año están desplazados en dos municipios de Chihuahua y legalmente los representa el Cedehm, ya que pusieron denuncia por violaciones graves a derechos humanos cometidos en perjuicio de personas, familias y la comunidad de El Manzano.
De acuerdo con la denuncia presentada ante la Fiscalía General del Estado en la Zona Occidente, el grupo delictivo hirió a uno de los hijos de quien era el gobernador indígena de esa comunidad y quien hasta ahora es líder, porque los pobladores le han solicitado apoyo para huir de El Manzano, el lugar donde habían vivido toda su vida de manera pacífica.
Los delincuentes quemaron varias viviendas y se robaron alrededor de diez camionetas y vehículos de integrantes de las familias que han sido desplazadas.
Entre octubre y noviembre del año pasado, el grupo incendió dos camionetas y otro vehículo, se llevaron 37 cabezas de ganado de la primera familia desplazada.
El 10 de marzo de 2016, hace dos semanas, tuvo que huir otra familia de apellido Girón, porque el mismo grupo armado llegó a amenazar a la señora de la casa y a una hija.
Les quitaron 50 mil pesos, producto de la venta de unos becerros y tuvieron que huir. También les robaron una camioneta, señala la denuncia.
La familia huyó con 26 integrantes, ocho mujeres, dos de estas embarazadas y 8 niños pequeños. Durmieron dos días en el monte sin comida ni agua, tampoco llevaban cobijas. Los delincuentes saquearon sus casas, se llevaron desde camas hasta motosierras y monturas, así como varias camionetas.
“Ahora estamos sin sustento, sin trabajo, no tenemos acceso al templo, ni a la escuela, ni a las utilidades del ejido forestal, a apoyos de programas de gobierno que recibían algunas familias”, señalan en la denuncia.