Francisco Córdova/
El Diario de Chihuahua
Chihuahua— María Bárbara Wetzel Aguilar, niña con síndrome de down nacida en Chihuahua y radicada en Veracruz, logró después de 8 años de intenso trabajo y disciplina coronarse como campeona mundial de gimnasia, colgándose tres medallas de oro.
Su historia representa el éxito y la perseverancia con la que logró romper todos los límites, no sólo de su condición sino de su propio país y logró además ser modelo de un nuevo sistema de tratamiento médico que ha transformado cada aspecto de su vida.
Su trayectoria comenzó hace 11 años en Chihuahua, ciudad que fue testigo del alumbramiento de “Bibi”, como le llaman de cariño y de donde es originaria su madre, Mónica Claudia Aguilar de la Garza, y su abuela Liliana de la Garza quien tiene su residencia en esta capital y que concedió una entrevista exclusiva a El Diario.
“María Bárbara es chihuahuense, pero chihuahuense veracruzana porque cuando tenía un mes de nacida se la llevaron a Veracruz. Desde el momento en que nació y de que sabemos que es una niña Down yo le dije a mi hija, lágrimas no, ella es una triunfadora, ella va a salir adelante y ella va a ser campeona… y no creí que fuera a ser tan rápido”, platicó la orgullosa abuela.
Así pues sus palabras vaticinaron una promesa que el pasado 14 de noviembre se materializó en la cúspide de triunfos que ha acumulado “Bibi”, pero que según comentó su abuela, son apenas el principio. El escenario fue la ciudad de Milán, Italia, específicamente en el campeonato mundial de gimnasia artística que llevó a cabo la Organización Internacional de Atletas de Gimnasia con Síndrome de Down (DSIGO).
Ahí la pequeña participó en la categoría Junior y se coronó con tres medallas de oro en Caballo de Salto, Viga de Equilibrio y Piso.
Para llegar aquí hubo de recorrer un largo camino de 8 años de dietas, tratamientos y entrenamientos en gimnasia artística y ballet; esta última disciplina la comenzó a sus escasos 3 años.
“Buscamos médicos comprometidos y humanos, pusimos especial atención en su nutrición y cada seis meses desde que nació a la niña se le hacen mapeos cerebrales para determinar en qué parte se les debían dar sus complementos alimenticios, y determinar sus debilidades. La niña no hizo grasa, ya que la grasa es la enemiga de los niños down (…) También usaba zapatos especiales para formar su arco y comenzó a practicar ballet para reforzarlo (…) después de un tiempo se metió a gimnasia para lograr tonicidad en sus músculos”.
Sin embargo, “Bibi” encontró en este deporte su pasión, practicaba cuatro horas diarias, y antes de sus competencias tuvo que practicar 8 horas al día con lo que adquirió habilidades paralelamente a las de sus compañeras regulares, por lo que al competir contra ellas logró incluso superarlas. “Para que salgan mis rutinas, hay que trabajar, trabajar, trabajar, practicar, practicar, practicar y entrándole, entrándole, entrándole, hasta que salga bien”, platicó “Bibi” en uno de sus mensajes.
Asimismo la pequeña no sólo ha destacado en el deporte, sino que también cursa el sexto grado de primaria en una escuela regular y domina el español y el inglés; este último certificado por la Universidad de Cambridge.
Liliana explicó que México se encuentra “en pañales” en cuanto al tratamiento de los niños con Síndrome de Down y no sólo esto, sino que tampoco existió el apoyo económico para que la atleta acudiera a competir.
“La niña cuenta con un equipo de 10 personas: 4 instructores, 1 psicóloga, 1 terapeuta, 1 coreógrafo, su mamá, su abuela y la niña por supuesto. Fue un viaje muy caro que estamos pagando a tarjetazos porqué no recibimos ni un peso de parte de ninguna comisión de deporte”, señaló.
Por lo anterior su abuela documentó la rehabilitación integral de la que fue parte “Bibi” con el objetivo de aplicarla otros niños con el mismo síndrome en el estado y en el país. “La niña es consciente de que es diferente, pero desde pequeña borramos en ella todos los límites. Ella compara el Síndrome de Down con una mariposa. “Las mariposas tienen síndrome de down, primero son unos gusanitos y después les salen unas alas hermosas, con muchos colores y son diferentes como yo”, finalizó.
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