El ‘agua virtual’ que consumimos

Salud Ochoa/
El Diario

Chihuahua— El agua virtual es toda el agua que se necesita para producir, empacar y transportar los bienes y servicios que consumimos. Se dice que es virtual porque no está presente en los productos finales.
Es muy probable que nunca nos hayamos preguntado cuánta agua se necesita para sobrevivir.
La huella hídrica (HH) es un indicador de toda el agua que utilizamos en nuestra vida diaria; para producir nuestra comida, en procesos industriales y generación de energía, así como la que ensuciamos y contaminamos a
través de esos mismos procesos. Esta huella suele ser de cifras sorprendentes y escandalosas.
Imagine que se sienta a la mesa y frente a usted tiene para comer una porción de 150 gramos de carne de res acompañada con 30 gramos de arroz, tres tortillas de maíz, un tomate de 70 gramos en rebanadas y una cerveza. Como el médico le ha dicho que se cuide del colesterol y las grasas malas, usted decide pedir para el postre un yogurt de 100 gramos y una porción de piña y de papaya de 200 gramos cada una. Después de eso, una taza de café ¿para “asentar” el estómago?
Para que usted llevara esos alimentos a su mesa se requirieron 5 mil 943 litros, de los cuales 5,665 fueron únicamente para producir la carne, 100 litros para el arroz, 150 litros para las tres tortillas, 13 litros para el tomate y 75 para la cerveza. El postre es aparte.
Para producir el yogurt se requirieron 277 litros de agua, 23 litros para la piña y 62 para la papaya, en total fueron 362 litros a los que se sumarían 140 litros utilizados para la taza de café.
En sólo una de las tres comidas reglamentarias del día, usted consumió 6,445 litros de agua virtual.
Gustavo Chávez, investigador del INIFAP explica que “el agua virtual es un concepto directamente relacionado con la huella hídrica y es la cantidad de agua que se emplea para producir bienes agrícolas e industriales”.
Los valores, dice, varían según el país, las condiciones geográficas, climáticas y la eficiencia en el uso del agua. En este sentido, agrega, el “agua virtual” se calcula en los litros de agua que se necesitan por kilo de cultivo, o bien, en los litros de agua que bebe el ganado a lo largo de su vida.
Para producir un kilo de carne de res, por ejemplo, se requieren 15,500 litros, la de cerdo necesita 4,850 y la de pollo 3,900 litros. En cuanto a derivados de animales, el huevo utiliza 3,300 litros por kilo y la leche mil litros. En cultivos, dice el especialista, el maíz es el que menos agua utiliza con 900 litros por kilo, el trigo requiere de 1,300, el sorgo 2,850 y el arroz 3,400.
Ahora bien, dice Chávez, “la huella hídrica individual o per cápita es el volumen total de agua utilizado para producir los bienes y servicios que un individuo consume.
Puede estimarse multiplicando todos los bienes y servicios consumidos por un habitante por su valor respectivo de contenido virtual de agua. En México, la huella hídrica per cápita es de 1,978 m3 por año. Esto es una medida del impacto del consumo humano sobre los recursos hídricos.
A nivel global, 86% de la huella hídrica está relacionada con el consumo de productos agrícolas, 10% con el consumo de bienes”.
Ahorrar el agua y utilizarla de manera efi¬ciente es algo que durante mucho tiempo se ha escuchado, por ejemplo: cerrar la llave mientras nos enjabonamos, utilizar cubeta para lavar el coche o un vaso para lavarnos los dientes. Sin embargo, esa agua que utilizamos para actividades domésticas (lavarnos las manos, los platos, regar el jardín, lavar ropa o limpiar la casa) representa
sólo el 4% del agua que utilizamos en nuestras actividades diarias.
Los principales factores que determinan la huella hídrica per cápita de un país, explica, son: el consumo de agua promedio per cápita, los hábitos de consumo de sus habitantes, el clima y las prácticas agrícolas.
La huella hídrica de una nación, agrega el entrevistado, se puede reducir de varias maneras pero una de las más importantes es adoptando sistemas de producción que requieran menor cantidad de agua por unidad de producto u optando por patrones de consumo que requieran menos agua. (Con información de sitio de Conagua en Internet)