Agencias
2018-11-11
Madrid, España— David y Victoria Beckham quieren convertir a su hijo Romeo en una auténtica estrella del tenis. Para ello, el matrimonio británico ha invertido más de 34 mil dólares en construir una pista de tenis con césped artificial en su mansión de Castwolds.
La ex Spice Girl, de 44 años, quiere que el adolescente, de 16 años, se convierta en “el David Beckham del tenis”, por lo que ya ha sido asesorado por algunos de los jugadores más prestigiosos de este deporte.
La pasión por el tenis del segundo de los cuatro hijos de los Beckham es tal que, en julio de 2017, el joven se apuntó a la Academia de Rafa Nadal en Mallorca para pulir su técnica.
“Cuando me dijo que quería dejar el futbol para dedicarse al tenis, una parte de mí quedó devastada, pero también sentí alivio”, dijo David Beckham en una entrevista.
Los primeros planes del exfutbolista y la diseñadora para ese espacio en su residencia al sudoeste de Inglaterra, eran construir un campo de futbol, una idea que desecharon tras el interés de Romeo por el deporte de la raqueta.
“La propiedad de Oxfordshire siempre ha sido el proyecto favorito de David, Victoria ha mostrado muy poco interés y, en el pasado, se resistió a tenerla.
“Pero ahora lo ve como un gran lugar para que Romeo pase las vacaciones de verano jugando al tenis. David también apoya a Romeo, aunque es Victoria quien más se preocupa por que reciba una preparación profesional”, explican algunas fuentes al Daily Mail.
Con los mejores
Romeo Beckham, quien dejó de jugar al futbol en el Arsenal a los 13 años, juega en el club de tenis de Londres, por el que su madre ha pagado hasta 13 mil 600 dólares para evitar la lista de espera del prestigioso club.
El joven ha entrenado con Andy Murray, Kyle Edmund, Caroline Wozniacki o Grigor Dimitrov, entre otros profesionales. Este último, le auguró un brillante futuro.
“Romeo es un gran fanático del tenis, es increíble. Para ser honestos, es bastante astuto y tiene mucho talento. Si sigue así, llegará lejos”, reconoció el tenista búlgaro en una entrevista con la edición británica de ¡Hola!