Reforma
2018-09-08Nueva York.- Qué mejor escenario que la histórica Estación Central de Nueva York para que Paul McCartney estrenara ayer su disco Egypt Station.
El pabellón Vanderbilt albergó ahí a 300 personas, entre fans y amigos íntimos de Paul McCartney, para disfrutar un concierto íntimo previo a la nueva gira mundial del ex Beatle.
"Estábamos pensando presentar este disco en las estaciones más icónicas del mundo", dijo el cantante, de 76 años, luego del inicio. "Y qué mejor que Grand Central; qué gran privilegio tenemos al disfrutar estas magníficas instalaciones".
Entre los asistentes se encontraban la modelo Kate Moss, el músico Sean Lennon y Nancy Shevell, esposa de Paul. A las 19:40 horas el anfitrión apareció, sin música, para darle instrucciones precisas al público.
"Este concierto se va a grabar para televisión y necesito que me ayuden en tres cosas. Voy a volver al escenario, cantaré a capela 'Hey Jude' y responderán con la frase que sigue. A la entrada les dieron unas velas electrónicas, son para que las prendan durante 'Let It Be', si las prenden antes la pila no durará. Y cuando me despida chasquearé los dedos y ustedes me seguirán, ¿está bien?".
Los presentes respondieron emocionados, ensayaron con él los tres momentos y, acto seguido, el concierto empezó con "A Hard Day's Night".
Acompañado de sus inseparables Rusty Anderson y Brian Ray (guitarras), Paul "Wix" Wickens (teclado, guitarra acústica, acordeón y armónica) y Abe Laboriel Jr. (batería), entregó "Hi, Hi, Hi", "Can't Buy Me Love" y "Letting Go".
Todos fueron sus cómplices, incluso su banda al frente del entarimado, cuando le dedicó a Nancy "My Valentine", cantando con un altavoz.
Paul decidió brindar "Blackbird", de The Beatles, entre la audiencia, pero se equivocó con la letra. Cuando se dio cuenta, empezó de nuevo. La segunda vez que se confundió, dijo: "Vaya, una cosa es equivocarme y otra destrozar la canción". El público lo vitoreó en grande.
Otro momento especial se dio cuando invitó a dos adolescentes al escenario, víctimas de bullying. Una dijo, ante la audiencia, que la molestaban por ser diferente, tener sobrepeso y no pertenecer a las chicas cool. Paul le preguntó el nombre de quien la buleaba y, al revelarlo, el público la abucheó.
La otra joven dijo que la molestaban por ser fan de The Beatles, lo cual provocó las risas de los presentes y, a continuación, abucheos a sus enemigos. Ambas se quedaron en el escenario contoneándose mientras el ídolo tocaba "Who Cares", del nuevo álbum.
Y muchos se arrancaron a bailar al compás de "Love Me Do", "Ob-la-di, Ob-la-da" y "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", de casi una treintena de canciones que culminó con la trilogía "Golden Slumbers/Carry That Weight/The End".
En efecto, Paul chasqueó los dedos, contó hasta tres, el público le replicó y el músico sonrió para decir "fue brillante". Hizo una caravana con sus músicos y dejó el escenario.
"Así como subió a esas niñas, una vez me subió a mí", contó para Gente Martha, una fan de 70 años que ha asistido a 80 conciertos de la estrella. Lucía una camiseta con una foto de Paul a su lado y un tatuaje en el empeine con la firma del compositor.
"Lo único diferente fue que se equivocó, eso no pasa, y claro, las canciones nuevas, que apenas estoy conociendo. Ahora lo seguiré a Canadá, él es mi gran amor".
Los fans presentes ganaron un concurso y apenas el jueves supieron el foro secreto donde sería el show, en el cual se prohibió el acceso con cámaras, celulares y computadoras. El canal de Paul en YouTube transmitió el evento.