Espectaculos

Recuerdan al Divo con fiesta al estilo Juanga en el 'Chevillote'

Leticia Solares
El Diario de Juárez

2018-08-29

Ciudad Juárez- Paisanos de Los Ángeles, Phoenix y Denver llegaron hasta las inmediaciones de la vieja casona de Juan Gabriel en la avenida 16 de Septiembre, para dejar su ofrenda, tomarse la foto para el face y celebrar a todo pulmón, entre canciones y algunas  lagrimitas, la vida del cantante michoacano, quien hace dos años dejó de existir en cuerpo, para ser la leyenda de la música popular de habla hispana.
Desbordados de emociones, entre la nostalgia y la alegría, bañados en sudor y humo de hamburguesas al carbón, poco a poco algunos fans que acudieron a llevarle serenata al divo hasta la cuadra de  Perú y Colombia, distrito Juanga, pasada la medianoche, se fueron retirando de la calle, para ir a mitigar el calor y refrescar la garganta con cervezas, refrescos y unas botanas al legendario billar Chevillote, el vecino de enfrente del inmueble donde ahora reposan las cenizas del cantautor.
Sedientos de calor y de más canciones juangabielisimas, las fans del club Arriba Juárez, parroquianos y algunos visitantes que por primera vez entraron al lugar, se deleitarnos con la actuación de Omar Dey, imitador e intérprete de las canciones de Juan Gabriel desde los años 70.
Ganador del sexto lugar del programa Parodiando edición  2012, Dey cantó  durante más de dos horas para los asistentes que compartieron con él la alegría de la noche y animados por la ocasión hasta el micrófono.
Ahí mismo, un joven de nombre artístico Juan Colorado, dijo haber sido asistente de Juan Gabriel, y se apoderó del micrófono y los aplausos.
Anécdotas cómo el deseo no cumplido de Juan Gabriel por ver el chevillote convertido en una pequeña nación Juanga, con sus fotografías y algunos souvenirs, en donde familias fronterizas y fanáticos hoy van a cantar su música y a echar taco, fueron algunas de las varias que compartió Juan Colorado, entre canción y canción, y porsupuesto las fotos y los arrumacos con las fans que de alguna manera, al escucharlo cantar tan entonado, con tanto sentimiento y la escuela de Juanga, se sintieron un ratito cerca de su ídolo.

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