Fidel Orantes
Agencia Reforma
Los Angeles— Las memorias del año que Piper Kerman pasó en la cárcel fueron sólo el génesis de una de las series de televisión favoritas del público y la crítica: ‘Orange is the New Black’ (OITNB).
Porque a lo largo de tres temporadas, Jenji Kohan, creadora del programa de Netflix, ha construido un universo carcelario propio, diferente y a veces totalmente ajeno al que describió Kerman en su libro.
“Durante la primera temporada, la autora estuvo muy cerca al show, estableciendo ciertas cosas, pero ahora tenemos nuestro propio ritmo, el show es distinto del libro y sientes como si fuera un mundo aparte.
“Kerman sacó las manos y se ha dedicado a ver el show con asombro, a disfrutar esta nueva creación. ella tiene su propia vida, su labor activista, su hijo y sus relaciones”, compartió Taylor Schilling, quien interpreta a Piper Chapman.
Aunque Kerman aún es asesora ejecutiva de la serie, ha dado toda la libertad para que la Piper de ‘OINTB’ tenga una vida e historia propias. porque, a diferencia de la verdadera, ella ya se adaptó a la prisión y hasta a las actividades criminales.
En la tercera temporada de la serie, quedó claro que la chica rubia ingenua se transformó en una mujer capaz de manipular y vengarse de quien se interponga en su camino hacia la libertad. Y tampoco permite que traten de aprovecharse de su negocio de venta de ropa interior usada.
“¡Claro que sí existe ese negocio! Y, por cierto, en Internet es súper grande. ¡Jugosos calzones!”, bromea Schilling cuando se le cuestiona sobre la peculiar empresa de su personaje. “Lo más emocionante es cuando nuevas cosas florecen en la historia es una búsqueda interminable y fascinante”.
La actriz considera que este tipo de tramas que plantea el equipo de escritores, donde se combina el drama con el absurdo, es la clave para el éxito de la serie.
“Hacer que ese complejo mundo funcione es lo interesante, y creo que lo hemos visto temporada con temporada”, dijo.
Porque la historia de Piper es sólo una de las muchas que se desarrollan en la ficticia prisión de Litchfield, donde mujeres de razas y culturas diversas lidian con el dolor, la alegría, la tragedia, la traición y el amor.
“El hecho de que el peso del show no recaiga en una sola persona es muy bueno, nos permite mantener el buen espíritu del proyecto en lugar de obsesionarnos”, señala Natasha Lyonne, quien da vida a Nicky.
Por derecho y conveniencia, el elenco prefiere guardar silencio sobre lo que vendrá en la cuarta entrega de la serie, que estará disponible el próximo año en Netflix. Pero, a juzgar por su emoción, se trata de algo inusitado.
“La belleza de Jenji es que no deja nada sin explorar, y la nueva temporada promete muchas cosas que no hemos visto todavía. Estoy muy emocionada, pero no diré nada más acerca de lo que viene”, concluye Selenis Leyva, quien interpreta a Gloria.
Lo mismo, pero diferente
La serie está basada en el libro ‘Orange is the New Black: My Year in a Women’s Prison’, de Piper Kerman.
• En la serie, la prisión de máxima seguridad está ubicada en Nueva York, pero Kerman estuvo presa en Connecticut.
• La autora nunca estuvo en la misma cárcel que su ex novia, que en el libro llama Nora. En la serie, Piper (Taylor Schilling) y Alex (Laura Prepon) se encuentran dentro de Litchfield y reanudan su romance.
• “Pennsatucky” (Taryn Manning) es un personaje que la autora conoció tras las rejas, pero rara vez interactuó con ella. En la serie, incluso llegan a enfrentarse físicamente.
• Durante su estancia en prisión, Kerman nunca tuvo relaciones sexuales ni con mujeres ni con hombres.