The New York Times
2016-05-18
Uno de los anuncios de televisión más comentados este año en Japón publicita un producto inusual: remordimiento.
El anuncio muestra a un grupo de trabajadores y directivos de una compañía de helados formados afuera de su fábrica en Tokio, mientras hacen una reverencia en señal de disculpa.
¿El delito de la compañía? Subir 10 yen, unos 9 centavos de dólar, al precio de su Garigari-kun, una paleta de nieve muy popular. Unos 500 millones son consumidos cada día, principalmente por niños.
Subir los precios en Japón es un gran problema. Debido a la débil economía, el costo de las cosas no ha aumentado en 20 años y casi cualquier incremento es motivo de noticia.
El estancamiento de los precios al consumidor es un dolor de cabeza para el Gobierno, que ha tratado de romper la larga deflación.
La economía de Japón creció en marzo a una tasa anualizada de 1.7%, un ritmo superior a lo previsto, debido a que un aumento de los gastos del gobierno contribuyó a compensar una relativa debilidad en las inversiones y las exportaciones.
La Oficina del Gabinete informó el miércoles que la tasa trimestral del crecimiento del PIB para la tercera economía más grande del mundo fue de 0.4%.
La mayoría de los economistas habían pronosticado que no habría crecimiento en el mejor de los casos.
El consumo privado, que aporta la mayor parte del crecimiento de Japón, aumentó apenas 0.5%, mientras que la demanda pública se amplió 2.6%. Las inversiones de negocios y el gasto en viviendas tuvieron declives. (Con información de AFP)