Reforma
2015-09-02Distrito Federal— Para la agencia calificadora Moody's no existen demasiadas dudas sobre el entorno económico que México enfrentará este y el próximo año: vienen tiempos difíciles.
Como parte de la inauguración de la 16 Conferencia Anual de Moody's, Mauro Leos, analista principal de calificación soberana para México, aseguró que 2015 y 2016 serán años clave para la economía del país, pues se enfrenta a un escenario más complicado de lo que cualquiera pudo haber pronosticado.
"Se vienen tiempos difíciles y por difíciles es que van a estar más complicados para el Gobierno, para México, para ustedes, de lo que se pensaba.
"En realidad no hay tanta incertidumbre, este y el próximo año van a estar difíciles", afirmó.
Leos señaló que, en realidad, la incertidumbre reside en qué pasará a partir de 2017, luego de un par de años en los que el Gobierno federal tendría que hacer ajustes importantes para enfrentarse a un entorno económico complejo.
El especialista señaló que entre los pendientes de México, si aspira a obtener una calificación crediticia más elevada, están mejorar el crecimiento económico y reducir la tendencia en el crecimiento de la deuda pública como porcentaje del PIB.
Sobre el primer punto, indicó que la economía nacional se ha quedado en los últimos años por debajo de su potencial y hacia finales del sexenio se anticipa un crecimiento, a lo mucho, de entre 3 y 4 por ciento.
"Nosotros nunca nos creímos el 5 por ciento que anunció el Gobierno cuando presentó las reformas", aseguró a un auditorio que incluía principalmente a analistas financieros.
Del segundo pendiente, enfatizó que si bien la deuda pública de México como porcentaje del PIB no es elevada e incluso es menor que la de países con calificaciones crediticias similares, es necesario que el Gobierno reduzca el ritmo al que adquiere esas obligaciones financieras.
Leos indicó que dadas las condiciones actuales, la calificación soberana del país permanece en A3.
Enfrentan gobiernos locales año complicado
Los estados y municipios del país tendrán en 2016 el año más complicado para sus finanzas públicas desde la crisis de 2009, afirmó Moody's.
Bajo crecimiento económico, menor gasto, ajustes a la ley de deuda y la alta posibilidad de recibir menos dinero de la Federación se han conjugado para formar un panorama gris, del que varios gobiernos locales podrían salir mal librados.
Francisco Vázquez, analista de calificaciones de estados y municipios, dijo que uno de los principales retos que enfrentarán gobernadores y alcaldes el próximo año es que no habrán más recursos a través de convenios con el Gobierno federal para financiar obra pública y otros servicios.
"Creemos que sin duda el próximo va a ser un año muy complicado para todos y en particular para aquellos que ya tienen problemas estructurales en sus finanzas", afirmó.
Por el lado de las participaciones, que es la principal fuente de ingresos de los gobiernos locales, se descarta que vaya a haber ingresos extraordinarios para ellos y por el contrario, se mantengan sin mucho crecimiento a lo largo del próximo año.
Con esto, la calificadora aseguró que existen riesgos de que varias entidades y ayuntamientos recurran nuevamente a la deuda a través de la banca de desarrollo y la brava comercial.
Dado ese panorama, aseveró que el próximo año podrían darse mas revisiones a la baja de calificaciones crediticias locales que incrementos.
Sobre la nueva Ley de Disciplina Financiera de Estados y Municipios, la calificadora señaló que se trata de un ajuste positivo al marco de deuda del país, aunque aún queda un largo camino para asegurar que funcione correctamente.
De entrada, Maricarmen Martínez, analista senior de calificaciones subsoberanas de Moody's, estimó que su implementación podría tardar entre 6 meses y 7 años.
La especialista añadió que un elemento adicional de riesgo para los gobiernos locales es que habrá elecciones en 13 entidades, lo que pondría presiones al gasto público.
Asimismo, existe la posibilidad que al implementar controles para el endeudamiento el próximo año, los gobiernos estatales y municipales recurran a deuda de corto plazo con proveedores para no tener que pasar por su congreso.