Economia

Estados del sur de EU arrebatan inversión a ‘El Dragón’

The Washington Post

2015-08-30

Washington— Antes de la Segunda Guerra Mundial, Las fábricas textiles que procesaban algodón y lo tejían para hacer tela estaban por todo el sur de Estados Unidos, plagando las Carolinas, Georgia y Alabama. Pero en los últimos 50 años, la automatización, los acuerdos de libre comercio y la competencia de otros países como China fueron debilitando la histórica industria hasta casi hacerla desaparecer por completo.
Ahora algunos trabajos textiles están volviendo, pero bajo términos muy distintos. Algunos fabricantes chinos están instalando sus fábricas en Estados Unidos tras haber descubierto que es más barato producir sus productos en el sur estadounidense que en China.
El Grupo Keer, un fabricante chino de hilados, está invirtiendo 218 millones de dólares en una fábrica en Carolina del Sur. Otro fabricante chino, JN Fibers, está invirtiendo 45 millones de dólares en el estado. Y una compañía india, llamada ShriVallabh Pittie, está invirtiendo 71 millones de dólares en una planta de hilados cerca de Sylvania, Georgia.
Los cambios están sucediendo en otras industrias y ubicaciones, también: El fabricante chino de parabrisas para autos, Fuyao, está invirtiendo 230 millones de dólares en un centro de producción en Ohio, y los adquisidores chinos están expandiendo su capacidad manufacturera en Circus Aviation, en Minnesota.
Un índice creado por Boston Consulting muestra cómo la diferencia en los costos para manufacturar un producto en Estados Unidos y de fabricar ese mismo producto en China es cada vez menos tangible.
En el 2004, un producto que podía fabricarse con el costo de un dólar en Estados Unidos, en China costaba 86.5 centavos hacerlo. Una década después, ese producto de un dólar en Estados Unidos costaría 95.6 centavos hacerlo en China –representando un margen de ahorro muy pequeño.
El cierre de la brecha en los costos de producción tiene muy poco que ver con los que está pasando en Estados Unidos y más con lo que está sucediendo en China.
Los estadounidenses aún ganan un salario mayor que los trabajadores manufactureros chinos. Con un ajuste por productividad, los trabajadores de las fábricas chinas ganaron 12.47 dólares por hora el año pasado, un poco más de la mitad de lo que los trabajadores estadounidenses ganaron, 22.32 dólares por hora, de acuerdo a cifras arrojadas por el Grupo Boston Consulting.
Pero otros atributos empresariales en Estados Unidos hacen la diferencia en los costos. Por ejemplo, los gobiernos locales y estatales ofrecen amplias exenciones tributarias y subsidios a las compañías que se establecen en sus jurisdicciones. El boom del gas natural en Norteamérica también ha hecho que se reduzcan los costos de la electricidad, atrayendo a industrias de manufacturación intensiva de energía.
Superando obstáculos comerciales y tomando provecho de los acuerdos de libre comercio, se puede lograr una gran diferencia: Por ejemplo, los fabricantes de hilados podrían instalarse en Estados Unidos y aprovechar los acuerdos con México y Centroamérica, cuyas fábricas a su vez transforman el hilo en telas y ropa que es enviada de vuelta a los consumidores estadounidenses.
Y los trabajadores estadounidenses están relativamente educados y son más productivos, haciéndolos especialmente capacitados para entrar a las filas de la manufacturación avanzada, como la fabricación de refacciones para autos y electrónicos de consumo. En todo caso, Estados Unidos es ahora una de las ubicaciones de más bajo costo para la manufacturación en el primer mundo, según BCG.
Pero Thilo Hanemann, director de investigación del Grupo Rhodium, quien estudia la inversión china en Estados Unidos, dice que el regreso de estos trabajos en la manufactura no se debe en verdad a cambios que estén sucediendo en Norteamérica. “Creo que lo que en su mayoría se refleja es el cambio de las realidades comerciales en China”, dijo.
Para los productos en los que las compañías chinas necesitan acceso a mano de obra de calidad o estar cerca de sus consumidores estadounidenses, y que no requieren de mucha mano de obra barata, puede tener un mayor sentido manufacturar sus productos en Estados Unidos, según Hanemann
Los operativos de hilado entran en este molde. La industria está altamente automatizada y no requiere de mucha mano de obra. Otro tipo de trabajo que requiere de una mano de obra más intensa, como la costura de prendas en sí, aún depende de la mano de obra barata en Bangladesh, Vietnam, México y en otros lugares. Pero ese tipo de trabajos ya no son una fuente de empleo en Estados Unidos.

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