Agencias
2015-08-28
Nueva York— La Reserva Federal subirá las tasas de Interés porque le interesa abandonar cuanto antes los niveles cercanos a cero, afirmó el vicepresidente de la autoridad monetaria estadounidense, Stanley Fischer, quien evitó decir si el movimiento será en septiembre, diciembre o hasta el 2016.
Lo único que dejó claro es que el encarecimiento del precio del dinero no se llevará muy lejos al principio y que el ajuste será suave.
"Es pronto para decir", comentó en una entrevista al margen del simposio anual de banqueros centrales que se celebra en Jackson Hole.
La opción de que la primera alza de tasas en más de nueve años llegue en septiembre sigue sobre la mesa, pero Fischer señaló que hubo un "cambio de circunstancias" a raíz de la devaluación del yuan chino, la cual debe analizarse. "Hay tiempo", repitió.
Stanley Fischer es el encargado, junto a la presidenta Janet Yellen, de forjar el consenso en el seno de la Fed. Será él quien clausure este sábado los debates en la reunión de banqueros, centrados este año en el efecto de la inflación en la política monetaria.
La baja presión del lado de los precios, de hecho, da margen a la Fed para esperar. Sin embargo, los últimos datos certifican que el mercado laboral está cerca de una situación de pleno empleo.
"La economía funciona bastante bien, tiene capacidad para absorber desempleo, y eso habrá que reflejarlo en algún momento subiendo las tasas", precisó Fischer, "porque está volviendo a una situación normal".
El vicepresidente de la Reserva Federal, sin embargo, no se encuentra del todo cómodo en la coyuntura actual.
La volatilidad en los mercados, repitió, tiene un impacto en la decisión de subir tasas, pese a que considera que el efecto directo de la moderación del crecimiento en China será pequeño en Estados Unidos. "Siempre habrá incertidumbre", indicó, pero lo relevante ahora es entender sus riesgos.
A favor del alza
Loretta Mester, presidenta de la Fed de Cleveland, no se deja impresionar por las turbulencias. Esther George, de la Fed de Kansas City y anfitriona del simposio, indicó que la economía es lo suficientemente "sólida" para aguantar un modesto incremento.
Tampoco cambió de postura James Bullard, de St. Louis. "La cuestión es cuánto se deba cambiar la previsión en base a la volatilidad de los últimos diez días y pienso que la respuesta es no mucho", razonó.
También hace campaña contra el aplazamiento Jeffrey Lacker, de la Fed de Richmond.
En contra
Narayana Kocherlakota, de Minneapolis, consideró que una decisión a corto plazo para subir tasas "no es apropiada" en este momento de tensión, por los efecto de la tensión en el empleo y la estabilidad de precios. Para ella es conveniente esperar hasta 2016 e incluso plantear nuevos estímulos.
En su campo está Charles Evans, de la Fed de Chicago y el gobernador Jerome Powell, en tanto que Dennis Lockhart, de la Fed de Atlanta, señaló que es difícil de predecir el momento.
Eso representaría un aplazamiento más prolongado que el sugerido por William Dudley, presidente de la Fed de Nueva York, quien opinó que la necesidad de subir tasas es ahora menos convincente que hace un mes, aunque "el primer paso hacia la normalización monetaria debe darse este año". Eso, indicó, servirá para mandar una señal positiva sobre la solidez de la economía.
Janet Yellen, que no participa en los debates de Jackson Hole, dijo en julio ante el Congreso que lo apropiado sería subir las tasas en 2015. Pero eso fue antes de los últimos eventos en el mercado por China.