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Esperanzador futuro

Associated Press

2018-08-12

Los Jets de Nueva York suman ya siete temporadas sin playoffs, y aunque en la campaña debut de Todd Bowles en el 2015 el equipo consiguió una sorpresiva marca de 10-6, lo cierto es que se ha notado un retroceso en sus últimas dos campañas con registros idénticos de 5-11.
A ningún equipo de la NFL le gusta la palabra reconstrucción, pero eso es exactamente lo que ocurre con los Jets. Se fueron las figuras defensivas que catapultaron al equipo de Rex Ryan, entrenador en jefe previo, a dos Juegos de Campeonato de la AFC, y el club vive un optimismo en la posición de mariscal de campo que no se había sentido en años.
La presión, sin duda, será para Bowles, quien en su cuarto año al frente de la franquicia deberá mostrar un avance importante si busca mantener el empleo.

¿Es Sam Darnold el quarterback que esperaban los Jets?
A juzgar por el recibimiento que obtuvo de los aficionados cuando salió trotando para su primera acción de pretemporada, sí.
Desde luego, una fracción del primer partido de la temporada de exhibición es insuficiente para generar cualquier juicio útil al respecto de lo que pueda ser la carrera de Darnold. No obstante, incluso bajo esas circunstancias, siempre será preferible jugar bien, como lo hizo Darnold, que jugar mal, incluso en los partidos que no cuentan.
Sin embargo, la situación de Darnold deberá considerarse a la par de la de los otros dos mariscales: Josh McCown y Teddy Bridgewater. En primer lugar, McCown comprende a la perfección que su trabajo es limitar el número de errores sobre el campo y, sobre todo, servir como mentor para Darnold. Hay pocos veteranos más confiables para cumplir con estos objetivos que McCown, y no existe riesgo de ver una situación similar a la que se produjo con Mike Glennon el año pasado, con los Chicago Bears, donde no fue capaz de identificar que se encontraba en idéntica situación.
En segundo lugar, viene el comodín en el asunto, Bridgewater. Los Jets asumieron un riesgo muy bajo al firmar al ex mariscal de campo titular de los Minnesota Vikings por una campaña y 5 millones de dólares. Bridgewater ha estado brillando en las sesiones de campamento de entrenamiento y ese buen momento se mostró en la apertura de la pretemporada, también. Igual que sucede con Darnold, una porción de partido de pretemporada no es suficiente para ofrecer una evaluación completa, pero la realidad es que Bridgewater va encaminado hacia donde muchos --incluyendo los Vikings--pensaron improbable luego de su terrible lesión de rodilla: una recuperación total.
Darnold eventualmente será titular, y solamente se trata de una cuestión de cuándo. McCown será el mentor y, con el tiempo, su suplente. Pero los Jets encontraron una joyita inesperada con Bridgewater. La pregunta ahora es si New York permitirá una competencia franca y abierta entre Bridgewater y Darnold --lo que dudo-- o se dedica a elevar los bonos del ex pasador de los Vikes en la pretemporada para ofrecerlo en canje a otro club.

¿Existen suficientes armas para que los Jets sean exitosos por aire?
Por primera vez en mucho tiempo, sí. Pero no será sencillo. Gran parte del éxito que pueda tener este grupo está basado en el potencial.
Robby Anderson tiene la pinta para convertirse en un futuro N° 1 en esta liga, o al menos un buen N° 2. Sin embargo, debe encontrar el modo de mantenerse fuera de problemas, o su carrera con los Jets será muy breve.
Terrelle Pryor deslumbró en el 2016 para los Cleveland Browns en su primera temporada completa como receptor abierto, atrapando 77 pases para 1,007 yardas y cuatro touchdowns, pero el año pasado pasó desapercibido con los Washington Redskins. El ex quarterback de los Oakland Raiders tiene todavía mucho por aprender en la posición, pero tiene también, como Anderson, el potencial para convertirse en un N° 1 eventualmente.
Jermaine Kearse, por su lado, es un gran N° 2, pero para que él brille, necesitará que algunos de los otros dos se convierta en un receptor dominante, capaz de atraer la atención de las dobles coberturas. Se trata de lo más cercano a una certeza en este trío, aunque con un techo que no llega a ser tan alto como el de los otros dos.
La profundidad detrás de esa tripleta y la posición de ala cerrada conforman dos enormes signos de interrogación para el equipo en este departamento, así que los Jets no pueden darse el lujo de ver a Anderson, Pryor o Kearse perdiendo partidos por lesiones o suspensiones.

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